Japón está empezando a usar robots en sus tiendas 7-Eleven ante la escasez de trabajadores

Tecnología

El empleado más nuevo de un 7-Eleven de Tokio trabaja toda la noche sin descanso. Suministra bebidas y otros productos silenciosamente con precisión mecánica, y limpia y friega el suelo cuando es necesario. Por supuesto, este trabajador incansable no es una persona; es un robot.

Nos hemos acostumbrado a que las empresas usen IA y robots para marketing y publicidad, pero esta vez es diferente. Este robot forma parte de la respuesta de primera línea a una crisis que podría paralizar a Japón. El país se está quedando sin personal.

La innovación nace de la necesidad

Reponer inventario y fregar pisos son probablemente las tareas que uno querría que realizaran robots. Es una actividad rutinaria y poco gratificante, que requiere bastante tiempo. 7-Eleven estima que los empleados pasan, en promedio, entre una y dos horas al día transportando bebidas del almacén al expositor. ¿Por qué no dejar que un robot lo haga?

Durante los próximos tres meses, la compañía evaluará la eficacia de los robots para ahorrar mano de obra. Por ahora, la prueba está en marcha en la tienda Arakawa Nishiogu 7-chome de Tokio. Si funciona correctamente, ampliarán el uso de los robots a otras tiendas. En general, los directivos de 7-Eleven esperan que los robots puedan reducir la carga de trabajo de los empleados en un 30%.

“Nuestro objetivo es aumentar la productividad y crear un entorno en el que podamos desafiarnos a nosotros mismos para crear nuevos surtidos de productos y servicios”, dijo Hiroki Takei, jefe de operaciones de 7-Eleven, en un comunicado compartido con los medios locales.

Pero aunque la empresa presenta esto como un avance, en realidad es una necesidad imperiosa la que lo impulsa. Japón se enfrenta a una crisis demográfica de una magnitud sin precedentes. Durante años, el país ha presenciado una caída en picado de la tasa de natalidad y una de las esperanzas de vida más altas del mundo. El resultado es un rápido envejecimiento y disminución de la población. Las cifras son alarmantes: alrededor de un tercio de la población japonesa tiene más de 65 años. La población en edad laboral, motor de cualquier economía, ha estado en caída libre desde finales de la década de 1990.

Esta escasez de mano de obra es una amenaza existencial para el estilo de vida japonés, y en particular para los “konbini”, las apreciadas tiendas de conveniencia abiertas las 24 horas, que se han convertido en pilares de la sociedad japonesa moderna. Estas tiendas son centros comunitarios donde se puede pagar facturas, recoger paquetes, imprimir documentos y encontrar una comida caliente a las 3 de la madrugada. Sin embargo, mantenerlas con personal disponible las 24 horas se ha convertido en una tarea titánica para los operadores de tiendas, quienes se ven abrumados por la doble presión de una mano de obra inexistente y el aumento de los costos salariales.

Esta es la excavadora que impulsa el avance de la automatización en Japón. El país recurre a la tecnología no para reemplazar a sus trabajadores humanos, sino para complementarlos y cubrir los millones de empleos fantasma que no tienen a nadie que los ocupe. El objetivo es la supervivencia económica.

Captura de pantalla del vídeo de Youtube de arriba.

Robots en las tiendas, robots en las calles

Japón ocupa actualmente el quinto lugar a nivel mundial en densidad de robots en su sector manufacturero, pero la nueva frontera es el sector servicios. Las tiendas, restaurantes y rutas de reparto, que constituyen la base de la vida diaria, emplean cada vez más robots.

En una prueba previa iniciada hace apenas un par de meses, 7-Eleven ha estado probando una flota de robots de reparto de cuatro ruedas en aceras públicas. Desarrollados en colaboración con la startup Lomby Inc. y el gigante automovilístico Suzuki, estos robots, de aspecto compacto y amigable, recorren la ciudad a una velocidad máxima de 6 kilómetros por hora (la velocidad de un peatón), ideal para peatones.

Estos robots callejeros cuentan con ocho cámaras y se monitorean remotamente mientras transportan la mercancía desde la tienda directamente a los hogares de los clientes. El cliente simplemente realiza un pedido a través de la aplicación “7NOW” y, en tan solo 20 minutos, el robot llega. Un rápido escaneo de un código QR en su teléfono inteligente abre el compartimento de la máquina y revela su compra.

Captura de pantalla vía Youtube.

Ese ensayo parece estar funcionando bien incluso en una ubicación difícil. Eligieron Hachioji, una ciudad al oeste de Tokio, precisamente porque no es un sitio fácil.

“Nos centramos deliberadamente en una zona con pendientes y una población envejecida para aclarar los problemas que enfrentaríamos antes de poner el servicio en uso práctico”, dijo un portavoz de 7-Eleven.

No se trata sólo de resolver la escasez de conductores, otra grave escasez de mano de obra en Japón. También es una respuesta directa a las necesidades de una clientela de mayor edad que podría tener dificultades para comprar por sí misma. El programa de entrega a domicilio es uno de los más grandes de su tipo en Japón, abarcando 10.000 hogares y con una duración prevista hasta principios de 2026.

Y la automatización no termina ahí. En la tienda, otra tecnología facilita los agotadores turnos nocturnos. Algunos establecimientos han incorporado pantallas de atención al cliente remotas en la caja. Si un cajero no está presente, el cliente puede interactuar con un agente de soporte remoto a través de una pantalla de alta definición, manteniendo así el modelo de servicio 24/7 sin necesidad de una persona presente en todo momento.

¿Una nueva era para las tiendas de conveniencia?

Una sección de autopago basada en inteligencia artificial en un 7-Eleven.

Este enfoque robótico multifacético, que incluye el almacenamiento, la limpieza, la entrega y la atención al cliente, supone un gran avance respecto a sistemas como las cajas de autopago. Y 7-Eleven no es el único. El gigante minorista online Rakuten Group utiliza robots similares para repartir café de Starbucks, mientras que Panasonic ha probado robots y drones para repartir comida caliente de la popular cadena Yoshinoya. El marco legal ya está en vigor; una revisión de la Ley de Tráfico Vial de Japón, en abril de 2023, autorizó oficialmente el uso de estos robots de reparto en la vía pública. La carrera por automatizar la economía de servicios ha comenzado.

Japón puede estar a la vanguardia, pero está experimentando algo que muchos países desarrollados probablemente enfrentarán pronto. A medida que la población envejece y la fuerza laboral se reduce a nivel mundial, la cuestión de cómo mantener la sociedad en funcionamiento se vuelve urgente.

En muchos países occidentales, el debate sobre la automatización está dominado por el miedo a la pérdida de empleo. Los robots suelen considerarse una amenaza, capaces de volver obsoleta la mano de obra humana. Pero en Japón, el contexto es totalmente opuesto. El principal temor no es que los robots ocupen puestos de trabajo, sino que no haya suficientes humanos o robots para realizar las tareas necesarias.

Aun así, este futuro automatizado plantea profundas preguntas. ¿Cuál es el impacto social a largo plazo de externalizar las tareas cotidianas a máquinas? ¿La comodidad de una tienda gestionada por robots se consigue a costa de la interacción humana, de la charla informal con un dependiente que puede alegrarle el día a una persona mayor? ¿Qué ocurre cuando las cosas salen mal?

Por ahora, la atención se centra únicamente en la función. Los robots son una solución pragmática a un problema inmediato. Pero a medida que se integren más en la sociedad, sin duda la transformarán de maneras que aún no podemos predecir.

Fuente: ZME Science.

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