Imagina un campo donde los paneles solares y los cultivos coexisten, sin ningún tipo de compensación. Parece ciencia ficción, pero eso es precisamente lo que investigadores de la Universidad de Aarhus han documentado en un proyecto piloto agrovoltaico a gran escala en la campiña danesa.
“Nuestras mediciones muestran que las mezclas de trigo y hierba y trébol crecen igual de bien entre paneles solares verticales que en campo abierto. Al mismo tiempo, los paneles producen electricidad con un patrón diario que se adapta mejor a la demanda energética. Es una situación beneficiosa para todos”, afirma Marta Victoria, autora principal del estudio y profesora asociada del Departamento de Ingeniería Mecánica y de Producción de la Universidad de Aarhus.
El estudio se publica en la revista Energy Nexus.

Beneficios en ambos frentes
En el sitio de prueba de Foulum, los investigadores instalaron dos tipos de paneles solares bifaciales: un sistema tradicional inclinado con orientación sur y un sistema vertical con orientación este-oeste. Los paneles verticales producen un poco menos de electricidad al año, pero con un valor mayor, ya que los picos de generación coinciden con la demanda matutina y vespertina. Al mismo tiempo, los cultivos que crecieron entre los paneles verticales no mostraron disminución en su rendimiento.
“Incluso con algo de sombra, el rendimiento por metro cuadrado es casi el mismo. A los cultivos no parece importarles la presencia de paneles solares y les gusta la protección que les brindan contra el viento”, explica el profesor Uffe Jørgensen, del Departamento de Agroecología de la Universidad de Aarhus.
Y como los paneles solo ocupan alrededor del 10% de la superficie del campo, el sistema combinado requiere mucho menos terreno que las instalaciones independientes. “Si produjéramos la misma cantidad de electricidad y alimentos utilizando terrenos separados, necesitaríamos entre un 18% y un 26% más de superficie”, calculan los investigadores.
Más delgado, más limpio y menos intrusivo
La configuración vertical ofrece ventajas técnicas y ambientales adicionales. Los paneles bifaciales de vidrio sobre vidrio requieren menos materiales, tienen menores emisiones de CO₂ y reducen las cargas de viento, a la vez que mantienen la compatibilidad con la maquinaria agrícola estándar. Pero no son sólo los cultivos y el clima los que se benefician.
La estética de la aceptabilidad
Para evaluar la percepción de estos sistemas, el equipo de investigación realizó un estudio de realidad virtual (RV) inmersiva con más de 100 participantes. El resultado: la agrovoltaica vertical obtuvo una valoración significativamente mejor que los parques solares convencionales.
“A los participantes les gustaron más los paneles verticales, sobre todo de cerca, cuando vieron que la tierra seguía cultivada. También percibieron la agrovoltaica vertical como más innovadora y respetuosa con el medio ambiente que los parques solares convencionales”, afirma Gabriele Torma, profesor adjunto del Departamento de Gestión de la Universidad de Aarhus.
A diferencia de los sistemas convencionales, que pueden parecer planos e industriales, los paneles verticales se parecen a setos modernos, integrándose al paisaje en lugar de perturbarlo.

Una hoja de ruta para una energía solar socialmente aceptada y eficiente en el uso del suelo
Los investigadores esperan que sus hallazgos inspiren un enfoque más integrado para la implementación de la energía solar en Europa y el resto del mundo. En una época de creciente presión sobre el uso del suelo, objetivos climáticos y necesidades energéticas, la agrovoltaica ofrece una vía de avance que combina la seguridad alimentaria, la producción de energía y el aumento de la biodiversidad.
Los próximos pasos incluyen el monitoreo a largo plazo en múltiples ciclos de cultivo. Pero ya, el mensaje es claro: no tenemos que elegir entre trigo y vatios.
Fuente: Tech Xplore.