Las ostras podrían ofrecer una forma de eliminar carbono del océano y también una fuente de alimento sostenible

Medio ambiente

Muchos investigadores consideran la acuicultura como una forma de reducir el carbono, a la vez que producen alimentos. Sin embargo, en algunos casos, no está claro si estos métodos ofrecen una forma de reducir el carbono o si son simplemente otra fuente de este. El cultivo de ostras es un ejemplo de ello.

Investigaciones previas han indicado que el proceso que utilizan las ostras para crear sus conchas libera carbono junto con su respiración, lo que las convierte en una fuente de carbono. Sin embargo, nuevas investigaciones indican que esto no es todo.

El nuevo estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, sugiere que el cultivo de ostras puede ofrecer un mayor secuestro de carbono de lo que se creía anteriormente, en gran medida a través de la alimentación por filtración y la adición de partículas y carbono orgánico disuelto al agua. El equipo de investigación, con sede en China, realizó un experimento de 120 días para estudiar los cambios en el carbono ambiental en grandes tanques al aire libre que contenían ostras del Pacífico a diferentes densidades. El equipo midió todas las especies de carbono, los flujos de CO₂ aire-mar y la clorofila-a (Chl-a), un indicador importante de la abundancia de fitoplancton, que también indica la productividad primaria (PP), o la tasa de conversión de energía en materia orgánica. Los datos se compararon posteriormente con los de estanques sin ostras.

Los resultados mostraron que los procesos de producción orgánica de ostras capturaron 2,39 veces más carbono que el almacenado en conchas. Los investigadores también descubrieron que el agua de los tanques de ostras se transformó en un estado más autótrofo y alcalino, lo que incrementó la absorción atmosférica de CO y mitigó la acidificación causada por la abundancia de CO₂. El equipo señala que es importante considerar el ecosistema en su conjunto para evaluar los efectos de todos los procesos.

Existe una heterogeneidad espacial en la distribución de Chl-a y los flujos de CO₂ en el ecosistema de cultivo de ostras de campo, impulsada por las compensaciones entre tres procesos ecofisiológicos: fotosíntesis, calcificación y respiración en dicho ecosistema. A escala individual, la biocalcificación y la respiración de las ostras dominan la dinámica del carbono. Sin embargo, a escala del ecosistema, la fotosíntesis se ve significativamente mejorada y emerge como el proceso dominante, explican los autores del estudio.

Los investigadores también observan las diferencias entre los tanques con distintas densidades de ostras. Es evidente que las densidades moderadas maximizan la captura de carbono, mientras que la sobrepoblación reduce la eficiencia.

Al describir el tanque de mayor densidad, los autores dicen: “El caso de densidad de población de 4 ind. m−2 exhibió consistentemente los niveles más bajos de Chl-a y PP entre todos los tratamientos, significativamente más bajos que el grupo de control. Este resultado sugiere que la población de alta densidad suprimió eficazmente la biomasa de fitoplancton”.

Continúan diciendo: “Estos hallazgos sugieren que las densidades de población razonables promueven la PP en los ecosistemas de cultivo de ostras, mientras que la sobrepoblación reduce la PP al agotar la biomasa del fitoplancton”.

En general, el estudio destaca el potencial del cultivo de ostras para obtener un doble beneficio: la producción sostenible de mariscos y el secuestro de carbono. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender plenamente todas las complejidades de los sistemas costeros abiertos y evaluar la reducción del secuestro debido a la respiración del carbono orgánico de los sedimentos.

Fuente: Phys.org.

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