En el estudio más grande de su tipo, una nueva investigación mundial ha revelado que la escasez de medicamentos puede convertirse en un problema sistémico que afecta la salud de millones de pacientes e impacta los sistemas de atención médica en Europa y América del Norte. La escasez de medicamentos es un problema mundial complejo que no solo representa un inconveniente para los pacientes, sino que puede causar daños significativos. Cuando no se dispone de medicamentos vitales, la salud de los pacientes corre riesgo debido al fracaso o los retrasos en el tratamiento, a la prescripción de alternativas menos efectivas o incluso a la falta total de atención médica. Esto puede provocar el agravamiento de enfermedades, complicaciones o un aumento en los costos de la atención médica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calificado la escasez de medicamentos como un desafío de salud global que requiere acciones urgentes y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) mantiene un catálogo de escasez de medicamentos.
En colaboración con otros institutos internacionales, un equipo de investigación del Departamento Nuffield de Ortopedia, Reumatología y Ciencias Musculoesqueléticas (NDORMS) de la Universidad de Oxford, codirigido por Theresa Burkard y Marta Pineda-Moncusí, analizó datos reales sobre atención médica de 52 grandes bases de datos que abarcan a más de 600 millones de personas. Analizaron el uso de 57 medicamentos, incluyendo antibióticos, tratamientos contra el cáncer y terapias para enfermedades crónicas.
Pineda-Moncusí, investigador principal del nuevo estudio publicado en The Lancet Public Health, afirmó: “El seguimiento de la escasez de medicamentos es esencial para evaluar y mitigar su impacto en la atención al paciente. Si bien la EMA mantiene registros de los medicamentos con escasez, queríamos profundizar y comprender cómo esta escasez se tradujo en cambios en el uso de medicamentos en Europa y Norteamérica. Nuestra pregunta era si la escasez de medicamentos provocó descensos en la tasa y el nivel general de uso de medicamentos, o si provocó cambios en los patrones de uso y las finalidades de los tratamientos”.
El estudio encontró que algunas escaseces afectaron a casi todos los países, mientras que otras variaron en intensidad, lo que llevó a caídas en la incidencia y prevalencia del uso, o cambios en la utilización e indicación de los medicamentos.
Los hallazgos clave:
- La escasez se relacionó con fuertes caídas en el uso de medicamentos, en algunos casos de más de un tercio.
- Medicamentos de uso común como la amoxicilina (un antibiótico) y la vareniclina (un tratamiento para dejar de fumar) sufrieron importantes descensos en su disponibilidad.
- Algunos medicamentos se usaron de manera diferente durante la escasez; por ejemplo, el sarilumab, un tratamiento para la artritis, se redirigió para su uso en pacientes con COVID-19, lo que dejó a muchos pacientes con enfermedades crónicas con menos opciones.
- En algunos casos, se utilizaron medicinas alternativas, como las terapias de reemplazo de nicotina cuando no se disponía de vareniclina. Sin embargo, en muchas situaciones, no se observó un reemplazo eficaz, lo que generó preocupación por la seguridad del paciente.
EHDEN lideró la creación de una red única de más de 200 fuentes de datos europeas de 29 países, cuyos datos se mapearon al Modelo Común de Datos de la Asociación de Resultados Médicos Observacionales (OMOP). Esto permitió la ejecución de análisis federados en múltiples geografías y entornos sanitarios, revelando el panorama más completo hasta la fecha sobre el impacto de la escasez de medicamentos en la atención al paciente en Europa y Norteamérica.
El profesor Peter Rijnbeek, del Centro Médico Erasmus, coordinador del proyecto EHDEN, comentó: “Este estudio demuestra cómo la estandarización de datos permite la generación de evidencia a una escala sin precedentes. El esfuerzo tiene su recompensa. Espero con interés todos los conocimientos que la red EHDEN pueda aportar en el futuro para mejorar la atención al paciente”.
Pineda-Moncusí añadió: “Dado que las cadenas de suministro de medicamentos son globales, la escasez en un país suele extenderse a otros. El impacto para los pacientes puede ser devastador para su salud. Nuestro uso de datos de salud a gran escala puede ayudar a los profesionales sanitarios a identificar problemas con mayor rapidez, orientar políticas más inteligentes para prever la demanda, fomentar alternativas seguras y eficaces, fortalecer las cadenas de suministro y priorizar a los pacientes vulnerables cuando se produce escasez”.
Fuente: Medical Xpress.