¿Es el Salar de Uyuni en Bolivia el espejo natural más grande del mundo? Científicos intentan resolver el misterio

Geología

El salar más grande del mundo es el Salar de Uyuni, en Bolivia, una popular atracción turística debido a su impresionante superficie de espejo cuando está cubierto por una fina capa de agua. Si bien muchos lo consideran el “espejo natural más grande del mundo”, esta afirmación no se había verificado científicamente. Ahora, en un estudio publicado en la revista Communications Earth & Environment, científicos se propusieron confirmar este efecto y descubrieron que la superficie es más compleja de lo que se creía.

La mayor parte de la evidencia del efecto espejo es anecdótica, y proviene de fotos de turistas que muestran a personas de pie en las planicies, con el agua reflejando perfectamente las nubes, el cielo, las montañas y a ellos mismos. Es difícil estudiar el fenómeno porque el vasto interior del salar suele ser inaccesible durante la temporada de lluvias. Por ello, los investigadores desarrollaron un enfoque de dos partes para superar este desafío.

Primero, utilizaron datos de los satélites Sentinel-3, equipados con altímetros de radar que emiten pulsos de radar y miden la cantidad de señal que rebota. Cuanto más intensa es la señal de retorno, más lisa es la superficie. Analizaron más de 390.000 mediciones de radar entre 2016 y 2024.

Para garantizar la precisión de sus datos satelitales, el equipo de investigación realizó pruebas de campo durante la temporada alta de lluvias en febrero de 2024. Este viaje se programó para que coincidiera con el paso del satélite Sentinel-3 directamente sobre la superficie. En tierra, los científicos utilizaron un instrumento óptico para medir la superficie del agua. Un dron también capturó imágenes del reflejo del sol para confirmar visualmente su uniformidad. Las mediciones sobre el terreno demostraron que, cuando el satélite detectaba una señal de radar intensa, la superficie era, en efecto, un espejo.

¿Y entonces qué encontraron exactamente?

“El Salar de Uyuni no es un espejo amplio y uniforme para el altímetro de radar“, escribieron los investigadores en su artículo. “Por lo tanto, también es probable que no sea un espejo de gran tamaño para longitudes de onda ópticas, como se sugiere en la literatura”.

En lugar de ser un espejo uniforme, la superficie del lago salado cambia de un lugar a otro y con el tiempo. Las condiciones más lisas y similares a un espejo se producen después de lluvias abundantes y antes de que el agua haya tenido la oportunidad de evaporarse. Los investigadores encontraron una fuerte correlación entre los períodos de lluvia intensa y el efecto espejo, lo que confirma que es un resultado directo de los patrones climáticos de la región. También concluyeron que la mejor época para ver el espejo es de finales de enero a principios de marzo.

Uno de los hallazgos más sorprendentes fue que el viento no alteró el efecto espejo. Se esperaría que una brisa causara ondas en la superficie que rompieran el espejo, pero esto no sucede. Los investigadores sugieren que esto se debe a que la poca profundidad del agua impide la formación de olas, incluso con brisa.

Fuente: Phys.org.

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