El jugo de naranja hace mucho más por tu cuerpo de lo que crees

Salud y medicina

La mayoría de nosotros consideramos el jugo de naranja un simple hábito para el desayuno, algo que se sirve sin pensarlo mucho. Sin embargo, los científicos están descubriendo que esta bebida cotidiana podría tener efectos mucho más profundos en el cuerpo que calmar la sed.

Un estudio reciente ha demostrado que el consumo regular de jugo de naranja puede influir en la actividad de miles de genes dentro de nuestras células inmunitarias. Muchos de estos genes ayudan a controlar la presión arterial, calmar la inflamación y gestionar la forma en que el cuerpo procesa el azúcar, todo lo cual desempeña un papel importante en la salud cardíaca a largo plazo.

El estudio siguió a adultos que bebieron 500 ml de jugo de naranja puro pasteurizado diariamente durante dos meses. Después de 60 días, muchos genes asociados con la inflamación y la hipertensión arterial se habían vuelto menos activos.

Estos incluían NAMPT, IL6, IL1B y NLRP3, que suelen activarse cuando el cuerpo está bajo estrés. Otro gen, conocido como SGK1, que afecta la capacidad de los riñones para retener sodio (sal), también se volvió menos activo. Estos cambios coinciden con hallazgos previos de que beber jugo de naranja a diario puede reducir la presión arterial en adultos jóvenes.

Esto es importante porque ofrece una posible explicación de por qué el jugo de naranja se ha vinculado con una mejor salud cardíaca en varios estudios. El nuevo trabajo demuestra que la bebida no sólo eleva el nivel de azúcar en sangre. En cambio, parece desencadenar pequeños cambios en los sistemas reguladores del cuerpo que reducen la inflamación y ayudan a relajar los vasos sanguíneos. Los compuestos naturales de las naranjas, particularmente la hesperidina, un flavonoide cítrico conocido por sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios, parecen influir en los procesos relacionados con la presión arterial alta, el equilibrio del colesterol y la forma en que el cuerpo maneja el azúcar.

La respuesta también varía según el tamaño corporal. Las personas con mayor peso tendían a mostrar mayores cambios en los genes implicados en el metabolismo de las grasas, mientras que los voluntarios más delgados mostraron efectos más fuertes sobre la inflamación.

Una revisión sistemática de ensayos controlados con 639 participantes de 15 estudios reveló que el consumo regular de jugo de naranja redujo la resistencia a la insulina y los niveles de colesterol en sangre. La resistencia a la insulina es una característica clave de la prediabetes, y el colesterol alto es un factor de riesgo establecido para las enfermedades cardíacas.

Los compuestos presentes en las naranjas afectan las vías relacionadas con la hipertensión arterial. La_Cruz/Getty Images Pro/Canva.

Otro análisis centrado en adultos con sobrepeso y obesidad reveló pequeñas reducciones en la presión arterial sistólica y aumentos en las lipoproteínas de alta densidad (HDL), a menudo llamadas colesterol bueno, tras varias semanas de consumo diario de jugo de naranja. Si bien estos cambios son modestos, incluso pequeñas mejoras en la presión arterial y el colesterol pueden marcar una diferencia significativa si se mantienen durante muchos años.

Más pistas provienen de estudios que examinan los metabolitos, las diminutas moléculas que se producen al procesar los alimentos. Una revisión reciente reveló que el jugo de naranja influye en las vías relacionadas con el consumo de energía, la comunicación entre células y la inflamación. También podría afectar al microbioma intestinal, cuyo papel en la salud cardíaca se entiende cada vez más.

Un estudio demostró que beber jugo de naranja sanguina durante un mes aumentó la cantidad de bacterias intestinales que producen ácidos grasos de cadena corta. Estos compuestos ayudan a mantener una presión arterial saludable y a reducir la inflamación. Los voluntarios también mostraron un mejor control del azúcar en sangre y niveles más bajos de marcadores inflamatorios. Las personas con síndrome metabólico, un conjunto de factores de riesgo que incluye presión arterial alta, niveles elevados de azúcar en sangre y exceso de grasa corporal, pueden experimentar beneficios particulares.

En un estudio, el consumo diario de jugo de naranja mejoró la función del revestimiento de los vasos sanguíneos, conocida como función endotelial, en 68 participantes obesos. La función endotelial describe la capacidad de los vasos sanguíneos para relajarse y ensancharse, y una mejor función se asocia con un menor riesgo de infarto.

No todos los estudios reportan los mismos resultados. Un análisis más amplio de las concentraciones de grasa en sangre reveló que, si bien los niveles de lipoproteína de baja densidad (LDL), a menudo llamada colesterol malo, suelen disminuir, otros niveles de lípidos, como los triglicéridos y la HDL, podrían no variar significativamente. Aun así, quienes beben jugo de naranja con regularidad podrían beneficiarse.

Un estudio de 129 trabajadores de una fábrica de jugo de naranja en Brasil reveló concentraciones sanguíneas más bajas de apolipoproteína B, o apo-B, un marcador que refleja la cantidad de partículas transportadoras de colesterol vinculadas al riesgo de ataque cardíaco. En general, la evidencia desmiente la idea de que beber jugo de cítricos equivale simplemente a consumir azúcar en un vaso. La fruta entera sigue siendo la mejor opción por su fibra, pero un vaso diario moderado de jugo de naranja puro parece tener efectos que se acumulan con el tiempo.

Estos incluyen aliviar la inflamación, favorecer un flujo sanguíneo más saludable y mejorar varios marcadores sanguíneos relacionados con la salud cardíaca a largo plazo. Es un recordatorio de que los alimentos cotidianos pueden tener más influencia en el cuerpo de lo que creemos.

Fuente: The Conversation.

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