El futuro del baño ya está aquí, y parece una cápsula de escape de alta tecnología de una película de ciencia ficción. Science Inc., una empresa tecnológica con sede en Osaka, Japón, ha lanzado oficialmente su “Lavadora Humana Mirai”, o Mirai Ningen Sentakuki, la Lavadora Humana del Futuro. Es una enorme cápsula reclinable que promete lavar, enjuagar y secar a su ocupante de pies a cabeza en unos 15 minutos, mientras reproduce música relajante. Olvídate de restregarte. Esta máquina hace el trabajo por ti, todo por la asombrosa suma de ¥60 millones, o unos US$385.000.
“Esta cápsula no solo lava tu cuerpo, también ‘lava el alma’”, dijo la portavoz de la compañía, Sachiko Maekura, aparentemente sin pensar demasiado en lo ridículo que parecía todo esto.
Un baño futurista, renacido en 1970
La idea no es nueva. En 1970, en la primera Exposición Universal de Osaka, Sanyo Electric presentó una versión preliminar de una “lavadora humana” automatizada. Era una cápsula cromada que parecía un objeto de utilería de 2001: Odisea del Espacio. El sueño de Sanyo era automatizar la higiene.
Se puede ver esa cápsula original, que ahora se encuentra en el Museo Panasonic, congelada en su gloria retrofuturista. “El baño incorporaba la última tecnología y evocaba visiones del futuro con su audaz diseño”, señala el museo.

Para Yasuaki Aoyama, actual presidente de Science Inc., ese recuerdo de la infancia nunca se desvaneció. “Nuestro presidente se inspiró en eso cuando tenía 10 años”, declaró Maekura a la AFP. Cinco décadas después, Aoyama decidió revivir el sueño con sensores modernos, inteligencia artificial y microburbujas.
Con aproximadamente 2,5 metros de largo y 2,6 metros de alto, es una cápsula diseñada para una sola persona. Los usuarios se reclinan en un asiento mientras la cápsula se cierra herméticamente. Entonces comienza el espectáculo: microburbujas, niebla fina, proyecciones visuales y música ambiental se combinan para crear lo que la compañía llama “un espacio donde relajarse y refrescarse”.
La empresa afirma que estas burbujas penetran profundamente en los poros, eliminando la grasa, la suciedad y las células muertas con mayor eficacia que un lavado estándar. Un sensor que contacta con la espalda del usuario mide datos biométricos, como la frecuencia cardíaca, en tiempo real. Con base en estos datos, la máquina optimiza el entorno del baño. Por ejemplo, proyecta “imágenes personalizadas… en las paredes interiores” y ajusta la intensidad y la temperatura del agua según el estado de ánimo del usuario.
Lujo a un precio justo
La lavadora humana Mirai volvió a ser una gran atracción en la reciente Expo Osaka-Kansai 2025. Más de 40.000 interesados en el baño solicitaron probar la máquina durante el evento, que atrajo a 27 millones de visitantes.
El alto precio de la máquina está claramente dirigido al mercado de spas comerciales de lujo. Piense en hoteles de alta gama, onsens japoneses, parques temáticos y balnearios. Science Inc. planea producir una edición limitada de solo 40 a 50 unidades hechas a mano. Un hotel de Osaka, aún no identificado, ya se ha comprometido a comprar la primera. Otras 5 a 8 unidades ya están reservadas.
Sin embargo, Maekura afirma que la compañía planea aumentar la producción y que le gustaría ofrecer una versión más económica de su producto para uso doméstico. Esta visión coincide con la fascinación que Japón mantiene desde hace tiempo por la automatización y los robots de atención. Japón es uno de los países con una población que envejece con mayor rapidez en el mundo. Un dispositivo capaz de lavar, secar y monitorizar las constantes vitales de una persona es, en esencia, un prototipo para futuros sistemas automatizados de atención a personas mayores.
Por ahora, el público general puede echar un vistazo. El gigante de la electrónica para el hogar, Yamada Holdings, exhibirá una demostración funcional, con un rincón de experiencias, en su centro insignia LABI1 LIFE SELECT de Ikebukuro, Tokio, a partir del 25 de diciembre. Quizás sea el Lamborghini de las duchas, pero el futuro del baño ahora está en plena exhibición.
Fuente: ZME Science.
