Los científicos conocen desde hace tiempo las vocalizaciones ultrasónicas (VUS) que emiten los ratones y las ratas. Más allá del alcance de la audición humana, no se sabe con certeza cuál es el propósito exacto de estos sonidos agudos. Una nueva propuesta sugiere que las VUS se utilizan para desplazar partículas en el aire y mejorar el sentido del olfato en estos animales.
La hipótesis, propuesta por el psicólogo Eduardo Mercado III de la Universidad de Buffalo y la estudiante de neurociencia de la Universidad de Harvard Jessica Zhuo, aún no se ha verificado en experimentos, pero encaja con el comportamiento observado en ratas, que suelen oler el aire inmediatamente después de emitir una VUS. Para apoyar su idea, los dos investigadores recopilaron pruebas sobre el comportamiento de los roedores, los efectos de las vibraciones ultrasónicas y los mecanismos biológicos que generalmente se aplican a varias especies. Las vibraciones ultrasónicas pueden manipular la materia de diversas formas, señalan los investigadores, por lo que es posible que los roedores estén creando grupos de moléculas a su alrededor, lo que hace que sea más fácil detectarlos con sus narices.
En particular, el comportamiento podría servir para concentrar feromonas; sustancias químicas que comunican interacciones sociales, apareamiento o territorio. Como ya se había sugerido en investigaciones anteriores, una ráfaga de ultrasonidos podría agrupar estos aerosoles biológicos. Los investigadores sugieren que este proceso de agrupamiento, conocido como aglomeración, podría depositar concentraciones más altas de feromonas en el órgano vomeronasal (VNO) de los animales.
“Nunca antes se había observado este fenómeno, ni creo que ni siquiera se había sospechado, en ningún animal”, afirma Mercado.
“Están creando nuevas vías de información manipulando su entorno y controlando las interacciones moleculares de las partículas que los rodean”.
Se ha sugerido anteriormente que los USV son llamadas de apareamiento o indicadores de estados emocionales. Esta nueva propuesta no descarta esas opciones, sino que sugiere que los ultrasonidos también podrían utilizarse como una herramienta para mover materia y mejorar el olfato. Las pruebas de laboratorio en ratas y ratones podrían ayudar a explorar más esta posibilidad.
“Está tan lejos de la escala de lo que conocemos que es como si estuviéramos observando ratas Jedi”, afirma Mercado. “Casi parece magia”.
Si las ratas y los ratones realmente están utilizando los USV para oler mejor, esto podría darnos una mejor comprensión de sus acciones durante las pruebas de laboratorio y las observaciones en el mundo real, y una mejor comprensión de los numerosos estudios que involucran a estos animales. Esto también podría conducir a descubrimientos fundamentales sobre cómo los sentidos de los animales han evolucionado para trabajar en tándem, y cómo las interrupciones en esa señalización podrían afectar la salud física y mental, tanto en humanos como en roedores.
“El hecho de que no fuéramos conscientes de que algo así fuera posible significa que aún no tenemos la comprensión de cómo las nanopartículas podrían ser manipuladas sónicamente para usos complejos”, dice Mercado.
“Pero podríamos tener una gran ventaja si confirmamos que la naturaleza ya ha resuelto el problema para nosotros”.
La investigación ha sido publicada en Neuroscience & Biobehavioral Reviews.
Fuente: Science Alert.