Lo que sucede en la imagen de abajo es un testimonio de lo maravillosas que son las cabras. La foto fue tomada en Italia, en la presa de Cingino, en el Parque Nacional del Gran Paradiso, en el norte de Italia. A primera vista, no pasa mucho en la presa, excepto por unas pocas manchas oscuras. Pero si se hace un poco más de zoom, esas manchas se convierten en cabras paradas sobre la construcción aparentemente vertical. Entonces, ¿qué está pasando?
Las cabras de la imagen se llaman cabras montesas alpinas (Capra ibex). Como muchos miembros del género Capra, son conocidas por sus impresionantes habilidades para trepar. Estas ágiles criaturas son nativas de los Alpes europeos y, de hecho, están estrechamente relacionadas con el Parque Nacional del Gran Paradiso, en Italia. En el siglo XIX, casi se extinguieron debido a la caza. Había menos de 100 individuos en estado salvaje, todos ellos en el Gran Paradiso. Pero lo que está sucediendo aquí no está relacionado con ese evento de cuello de botella.
La respuesta está en sus adaptaciones evolutivas y la búsqueda de nutrientes esenciales. Las paredes de las presas son una rica fuente de sales minerales que las cabras necesitan para su salud, en particular en forma de calcio y magnesio. Las cabras lamen las paredes y obtienen los minerales que son importantes para el desarrollo y mantenimiento de sus huesos y cuernos. También es un lugar donde están a salvo de los depredadores, porque ¿qué depredador escalaría por ahí?
En su entorno alpino natural, las cabras montesas suelen obtener estos minerales de salinas o de ciertas plantas. Sin embargo, la escasez de estas fuentes en algunas regiones las ha obligado a buscar alternativas. Las superficies de hormigón de las presas, a menudo ricas en sales debido a los materiales y procesos de construcción, presentan una fuente accesible y concentrada de estos nutrientes vitales.
Estas cabras exhiben un equilibrio y una precisión excepcionales, utilizando sus pezuñas especializadas para agarrarse a los salientes y grietas más pequeños. Las pezuñas de las cabras montesas están hendidas, con las puntas divididas que pueden separarse para aumentar el agarre. Las almohadillas ásperas y gomosas proporcionan tracción, lo que les permite mantener el equilibrio en superficies casi verticales.
Esta capacidad física se ha perfeccionado a lo largo de generaciones viviendo en entornos montañosos traicioneros. Si lo piensas, en términos de escalada, una presa es simplemente una montaña con esteroides, y estas cabras son realmente buenas escalando.
Sin embargo, esta notable capacidad no las salva de todos sus problemas de conservación. Aunque su número ha aumentado en el último siglo, estas cabras han sufrido un cuello de botella genético. Esto significa que son vulnerables a las enfermedades debido a su baja diversidad genética. Este problema se agrava por la hibridación con cabras domésticas a las que a veces se les permite vagar por el hábitat de la cabra montés alpina.
Mientras nos maravillamos al ver a las cabras montés desafiando la gravedad, es importante pensar también en su historia y evolución. Estas cabras son criaturas verdaderamente notables.
Este artículo apareció originalmente en julio de 2024 y se volvió a publicar después de ser actualizado con nueva información.
Fuente: ZME Science.