Dicen que se puede identificar al leopardo por sus manchas, pero resulta que también se lo puede identificar por su rugido único. Los leopardos, notoriamente difíciles de monitorear debido a su naturaleza esquiva, pronto podrán ser rastreados utilizando grabadoras acústicas pasivas combinadas con análisis basados en inteligencia artificial.
Las poblaciones de leopardos enfrentan desafíos importantes, ya que sus áreas de distribución se están reduciendo en un 80% debido a la caza furtiva, la pérdida de hábitat y la urbanización. Clasificados como “vulnerables” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), los leopardos necesitan urgentemente estrategias de conservación efectivas. Las herramientas tradicionales como las cámaras trampa y los collares GPS son útiles pero limitadas, particularmente para una especie conocida por su sigilo y comportamiento nocturno.
Aquí es donde entra en juego el monitoreo acústico pasivo. La idea es rastrear leopardos individuales utilizando sus rugidos únicos.
Los leopardos no emiten rugidos espectaculares como los leones. Producen patrones repetidos de baja frecuencia, a menudo audibles a más de un kilómetro. Estos rugidos se utilizan principalmente para atraer a las parejas y advertir a los intrusos de que están invadiendo una propiedad.
El sistema se instaló en un área de 450 kilómetros cuadrados en el Parque Nacional Nyerere en Tanzania, combinando cámaras trampa con unidades de grabación autónomas (ARU). El objetivo era determinar si se podía identificar a los leopardos individuales por sus rugidos, de manera similar a los leones y tigres, cuyas vocalizaciones son conocidas por tener firmas únicas.
El sistema incluía 50 estaciones emparejadas, cada una equipada con ARU que grababa sonido de manera continua y cámaras trampa que capturaban imágenes cuando se activaban. Durante 62 días, el equipo recopiló más de 191 eventos de leopardo y relacionó los rugidos con leopardos individuales comparando imágenes con datos acústicos. Los investigadores utilizaron un software para analizar visualmente las ondas sonoras, aislando la segunda parte de los rugidos de leopardo, que tienen los marcadores individuales más claros. Luego, utilizando técnicas analíticas avanzadas, incluidos los modelos ocultos de Markov gaussianos, lograron una notable precisión del 93,1% al distinguir leopardos individuales por sus rugidos.
“El descubrimiento de que los leopardos tienen rugidos únicos es un hallazgo importante, pero fundamentalmente bastante básico, que demuestra lo poco que sabemos sobre los leopardos y los grandes carnívoros en general”, dijo el autor principal Jonathan Growcott, estudiante de doctorado en la Universidad de Exeter.
“Esperamos que permita que los leopardos se conviertan en el foco de una ciencia acústicamente más compleja, como los estudios de densidad de población, y abra la puerta a más trabajos sobre cómo los grandes carnívoros utilizan las vocalizaciones como herramienta.
Esto podría ampliarse, pero no es fácil
Las implicaciones de esta investigación se extienden más allá de los leopardos. El éxito de emparejar ARU con cámaras trampa podría transformar el monitoreo de otras especies esquivas o nocturnas. Desde el seguimiento de las migraciones de aves hasta el estudio de las poblaciones de anfibios, las posibles aplicaciones de la bioacústica son amplias. El estudio también abre vías para comprender cómo varían las vocalizaciones con factores ambientales o amenazas de competidores como leones y humanos.
A pesar de su promesa, el estudio también destaca las dificultades para implementar esta tecnología. Las ARU requieren un almacenamiento y análisis de datos significativos, y el equipo de investigación procesa 72.000 horas de audio. El desarrollo de clasificadores automáticos de especies podría agilizar este proceso, reduciendo la dependencia del análisis manual.
Otro problema es la cantidad de leopardos utilizados en el estudio: sólo 50 leopardos de una zona de Tanzania. ¿Se llevarían a cabo los hallazgos para más animales en diferentes áreas geográficas? Se sabe que muchos mamíferos tienen diferentes “acentos” y “dialectos”, y no está claro si el mismo enfoque algorítmico funcionaría en diferentes escenarios. Sin embargo, los investigadores confían en que la nueva tecnología podría usarse junto con los enfoques existentes.
“Aunque se requieren equipos adicionales, gestión de datos y experiencia analítica, las encuestas por pares siguen siendo una metodología de monitoreo prometedora que puede explotar una variedad más amplia de rasgos de especies, para monitorear e informar sobre la conservación de especies de manera más eficiente que los estudios de una sola tecnología por sí solos”, señalan los científicos en el estudio.
El estudio “El mundo acústico secreto de los leopardos: un estudio bioacústico y con cámaras trampa emparejadas facilita la identificación individual de leopardos a través de sus rugidos” fue publicado en la revista Remote Sensing for Ecology and Conservation.
Fuente: ZME Science.