La mayoría de las células cancerosas tienen demasiados o muy pocos cromosomas, lo que las distingue de las células normales. Pero un nuevo estudio muestra que los tejidos mamarios sanos también pueden tener células con copias inusuales de cromosomas. El hallazgo desafía la forma en que los científicos clasifican las células cancerosas y podría influir en la forma en que se identifica el cáncer de mama en el futuro.
Cada célula del cuerpo humano tiene 23 pares de cromosomas: la mitad heredados de la madre y la otra mitad del padre. Durante la división celular, cada célula hace copias de estos cromosomas para pasarlos a dos células hijas. Pero en raras ocasiones, como durante el desarrollo de un tumor, este proceso puede descarrilarse, lo que da como resultado una copia adicional o faltante, conocida como aneuploidía.
La investigación ha demostrado que aproximadamente 9 de cada 10 tumores sólidos albergan alguna aneuploidía. Sin embargo, la aneuploidía en células sanas se consideraba rara y, por lo tanto, se pensó que era un marcador valioso para la detección del cáncer. Por lo tanto, los científicos han comenzado a desarrollar métodos de detección que prueban la aneuploidía en muestras de sangre y tejido de los pacientes. Sin embargo, el enfoque no se ha utilizado ampliamente en la clínica.
En el nuevo estudio, publicado el 20 de noviembre en la revista Nature, los científicos descubrieron que aproximadamente el 3% de las células del revestimiento interno de una mama sana, conocidas como células epiteliales mamarias, son aneuploides. Más del 80% de estas células aneuploides tenían cambios en su estructura de ADN que pueden alterar la expresión genética (cómo se activan o desactivan los genes) y provocar enfermedades, como el cáncer invasivo.
“Esto fue muy inesperado”, dijo a Live Science en un correo electrónico el coautor del estudio Nicholas Navin, profesor del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas. “Habríamos clasificado estas células como portadoras de cáncer de mama invasivo basándonos en estas aberraciones [del ADN]”.
Navin y su equipo analizaron más de 83.000 células epiteliales mamarias de 49 mujeres sanas que se habían sometido a una cirugía de reducción mamaria y no tenían cáncer. Los investigadores analizaron la composición genética de estas mujeres y luego utilizaron otra prueba, llamada ensayo de secuenciación de cromatina accesible a la transposasa (ATAC-seq), para buscar anomalías genéticas características de un cáncer invasivo.
Para su sorpresa, los investigadores descubrieron que algunas células epiteliales mamarias sanas contenían cambios similares a los observados en las células cancerosas. Por ejemplo, una mujer sana tenía 70 células con copias adicionales de los cromosomas 1 y 73, así como copias faltantes del cromosoma 16.
Los cambios cromosómicos más frecuentes en estas mujeres sanas fueron copias adicionales en el cromosoma 1 y pérdidas de los cromosomas 16, 10 y 22, que los científicos consideran las características de un cáncer invasivo. Estos cambios suelen estar asociados con distintos tipos de células en los conductos lácteos que conducen a diferentes cánceres de mama. Por ejemplo, las pérdidas de los cromosomas 16 y 22 suelen estar asociadas con cánceres de mama provocados por los niveles de la hormona estrógeno, también conocido como cáncer de mama con receptores de estrógeno (ER) positivos. Mientras tanto, la pérdida del cromosoma 10 se asocia con el cáncer de mama ER-negativo.
“No esperábamos encontrar estos eventos cromosómicos en los tejidos mamarios normales”, dijo Navin. La pérdida del cromosoma 16 se ha utilizado para identificar el cáncer de mama invasivo.
Todavía no está claro si las mujeres del estudio desarrollarán cáncer de mama. Ahora, “la pregunta es si las mujeres con frecuencias más altas de células epiteliales aneuploides o eventos de alteración del número de copias (CNA) tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama”, dijo Navin.
El descubrimiento también llevó a los científicos a especular que distintos tipos de cáncer de mama podrían originarse a partir de ciertas células sanas en el pecho femenino. Navin y su equipo están investigando ahora si la aneuploidía podría utilizarse para identificar tejido en mujeres sanas que tienen más probabilidades de desarrollar tumores.
Fuente: Live Science.