Cuando disfrutas de la comida, no se trata solo del sabor. La apariencia, el sabor y la textura también juegan un papel. Algunos alimentos son masticables, otros son crujientes y otros simplemente se derriten en la boca. El impacto de la textura rara vez se menciona, pero juega un papel importante en nuestros hábitos alimenticios.
Nos importan tanto las texturas que nuestro cerebro tiene neuronas especializadas en detectarlas. Según un nuevo estudio, no somos los únicos. Los investigadores han descubierto que los gusanos (larvas de mosca) también tienen neuronas dedicadas a las texturas y es por eso que prefieren las frutas y verduras podridas a las frescas.
¿Cómo funciona la degustación de texturas para los gusanos?
Los autores del estudio realizaron experimentos con gusanos para explorar la ciencia de la sensación de textura en sus diminutos cerebros. El primer experimento puso a prueba su preferencia alimentaria. Los investigadores colocaron gusanos en una superficie con fruta fresca y podrida, observando si gravitaban hacia la fruta más blanda y podrida en comparación con la fruta más dura y fresca.
Los investigadores observaron que los gusanos preferían constantemente la fruta podrida a la fresca. Este comportamiento sugirió que los gusanos se sienten más atraídos por la textura de los alimentos en descomposición, lo que puede estar relacionado con una digestión más fácil o la disponibilidad de ciertos nutrientes.
A continuación, los investigadores investigaron si los gusanos tenían neuronas específicas que respondían a la textura de los alimentos. Utilizaron técnicas de imagen avanzadas para observar la actividad neuronal en los gusanos cuando se exponían a diferentes texturas.
Esto les permitió identificar un grupo de neuronas con mecanorreceptores que detectan la textura en los órganos periféricos del gusto del gusano. Estos receptores estaban activos cuando las larvas se encontraban con alimentos podridos, lo que sugiere que la preferencia de los gusanos por la fruta podrida está relacionada con estas neuronas.
Para confirmar aún más si estas neuronas eran directamente responsables de la preferencia de los gusanos, los investigadores utilizaron herramientas genéticas para activar o inhibir las neuronas que detectan la textura. Observaron que cuando las neuronas se activaban, los gusanos mostraban una preferencia más fuerte por los alimentos podridos. Sin embargo, cuando estas neuronas se desactivaron, los gusanos ya no mostraron la misma preferencia fuerte, lo que demuestra que estas neuronas desempeñaron un papel clave en su selección de alimentos.
Este experimento también reveló que una neurona particular, llamada C6 en el órgano del gusto de los gusanos puede sentir tanto el azúcar como la estimulación mecánica, lo que significa que “la misma neurona puede saborear la textura y la sustancia de los alimentos”, dijeron los autores del estudio.
La larva de mosca es la mejor para estudiar la sensación de textura
Es un desafío estudiar las neuronas que saborean la textura en humanos y otros animales porque tienen un sistema nervioso vasto y complejo. Por ejemplo, mientras que los humanos tienen 86 mil millones de neuronas, el animal de laboratorio más popular, la rata, tiene 200 millones de neuronas. Una mosca de la fruta, en comparación, tiene un cerebro mucho más simple con sólo alrededor de 140.000 neuronas. Por lo tanto, identificar y monitorear neuronas particulares en su sistema nervioso es más fácil.
“La larva de la mosca de la fruta Drosophila melanogaster proporciona un modelo poderoso para descubrir los mecanismos de la percepción sensorial debido a su relativa simplicidad numérica neuronal, amplias herramientas genéticas y, lo que es más importante, un procesamiento rastreable y respuestas conductuales estereotipadas”, señalan los autores del estudio.
Dadas estas ventajas, los investigadores ahora planean realizar más experimentos con moscas de la fruta para profundizar su comprensión de las neuronas que detectan la textura.
El estudio se publica en la revista PLOS Biology.
Fuente: ZME Science.