La extinción de los neandertales es uno de los misterios más intrigantes de la paleoantropología, y los investigadores especulan que todo, desde los cambios en el clima hasta la guerra con los humanos modernos, puede haber contribuido a su desaparición. Muchos se han preguntado si nuestros primos humanos perdidos simplemente no tenían suficiente variedad para hacer frente a estos cambios. Un nuevo estudio respalda la hipótesis de que es probable que una disminución dramática en la diversidad de sus genes antes de su extinción haya jugado un papel importante.
El estudio, llevado a cabo por un equipo internacional de investigadores, adoptó un enfoque relativamente único, utilizando la anatomía del canal auditivo y la genética neandertal existente para encontrar fuertes indicios de un cuello de botella genético hace poco más de 100.000 años. Al comparar las formas del canal auditivo semicircular en fósiles de toda Europa y Asia occidental con las de los humanos modernos, los investigadores pudieron medir la variedad relativa de morfologías corporales entre diferentes grupos de humanos.

“Se sabe que el desarrollo de las estructuras del oído interno está bajo un control genético muy estricto, ya que están completamente formadas en el momento del nacimiento”, dice el antropólogo Rolf Quam, de la Universidad de Binghamton en Nueva York.
“Esto hace que la variación en los canales semicirculares sea un indicador ideal para estudiar las relaciones evolutivas entre especies en el pasado, ya que cualquier diferencia entre especímenes fósiles refleja diferencias genéticas subyacentes”.
Para el estudio fue crucial el yacimiento fósil croata de Krapina (que data de hace 130.000 años) y varios yacimientos neandertales tardíos en Francia, Bélgica e Israel (que datan de hace 41.000-64.000 años). Al parecer, algo sucedió entre esos dos puntos que afectó a la variación genética, como se ve a través de las formas de los canales auditivos. Esto indica una gran reducción en el número de personas en una población antes de un punto hace unos 40.000 años, cuando el tiempo de los neandertales llegaría a su fin. Este estudio no examina ninguna de las posibles razones de la caída de la diversidad genética, pero en el pasado se han sugerido varios factores, desde el cambio climático hasta el aumento de la competencia.

“Al incluir fósiles de un amplio rango geográfico y temporal, pudimos captar una imagen completa de la evolución neandertal”, dice la antropóloga Mercedes Conde-Valverde de la Universidad de Alcalá en España.
“La reducción de la diversidad observada entre la muestra de Krapina y los neandertales clásicos es especialmente sorprendente y clara, y proporciona una evidencia sólida de un evento de cuello de botella”.
Sin embargo, aunque el estudio ayuda a responder algunas preguntas, también plantea algunas nuevas. Los fósiles de Krapina mostraron un nivel inesperado de diversidad, similar al de muestras mucho más antiguas que se remontan a unos 430.000 años.
Eso contradice la suposición generalizada de que un cuello de botella genético mucho más temprano contribuyó a la evolución neandertal, lo que hace que sea más probable una única reducción de la diversidad poco antes de su extinción. Los investigadores están interesados en aplicar su análisis de la estructura de la oreja a más muestras y sitios en todo el mundo, lo que debería revelar más sobre cómo vivieron, viajaron y finalmente se extinguieron nuestros primos lejanos.
“El presente estudio representa un enfoque novedoso para estimar la diversidad genética dentro de las poblaciones neandertales”, dice Quam.
La investigación ha sido publicada en Nature Communications.
Fuente: Science Alert.