Astronautas están a punto de cultivar setas en el espacio por primera vez. Y esto puede ayudarnos a vivir en Marte

Astronáutica

Cuando Eric Philips aborde la cápsula Dragon de SpaceX el mes que viene, llevará una carga orgánica inesperada: setas ostra. Una de sus misiones secundarias es cultivar la primera cosecha de setas en el espacio. Y esto podría marcar un nuevo capítulo en la nutrición sostenible de los astronautas.

Liderado por la empresa australiana FOODiQ Global, el experimento, denominado Misión MushVroom, busca demostrar que los hongos ostra pueden prosperar en microgravedad. Es un primer paso hacia el cultivo de este tipo de alimento rico en nutrientes en futuras bases lunares o colonias marcianas.

“Duplican su tamaño cada día”, declaró a The Guardian la Dra. Flávia Fayet-Moore, directora ejecutiva de la empresa australiana FOODiQ Global, al explicar los beneficios de estos hongos. “No requieren muchos insumos: no necesitan fertilizantes especiales ni mucha agua”.

El cultivo espacial perfecto

Dra. Flavia Fayet-Moore. Crédito: FoodiQ Global.

Los hongos son una fuente inagotable de nutrientes. Contienen de forma natural vitamina D, potasio, selenio y cobre, nutrientes que los astronautas suelen obtener de diversos alimentos como frutos secos, semillas y verduras. La NASA los considera un cultivo ideal para “cultivar, recolectar y consumir”, casi perfectos en entornos donde procesar alimentos resulta poco práctico.

Este no es el primer experimento con hongos en el espacio. El año pasado, investigadores de la Universidad Swinburne de Australia enviaron micelios, estructuras similares a raíces de hongos, a la Estación Espacial Internacional. Sin embargo, la limitación de espacio impidió la formación de hongos reales (los cuerpos fructíferos). La nueva misión, Fram2, que se lanzará desde Cabo Cañaveral, Florida, será la primera en cultivar los cuerpos fructíferos de un hongo.

Phillips, un experimentado explorador polar, tiene la tarea de documentar el crecimiento de los hongos, detectar indicios de contaminación y evaluar su estado. De regreso a la Tierra, los hongos se someterán a un análisis detallado para comprender cómo la microgravedad influyó en su valor nutricional y desarrollo general.

Alimentos sostenibles para mundos lejanos

A medida que la NASA planea viajes más largos, crear fuentes de alimentos fiables y nutritivas in situ supone una gran ventaja. El volumen de carga es escaso en el espacio y, cuanto más lejos se está de la Tierra, el coste aumenta exponencialmente. Poder cultivar algo tan pequeño como las esporas de hongos sería una gran ventaja. Los hongos tienen un ciclo de crecimiento rápido de unos 30 días, en comparación con los 100 días que necesitan algunas plantas.

“La razón por la que estamos investigando esto es realmente crear un suministro de alimentos sostenible, nutritivo y delicioso para las misiones de exploración a la Luna y Marte”, dijo la Dra. Fayet-Moore a ABC.

Pero comprender el comportamiento de los hongos en el espacio también tiene implicaciones en la Tierra. La profesora Jenny Mortimer, de la Universidad de Adelaida, cree que estos experimentos podrían beneficiar a la agricultura terrestre. De hecho, podrían enseñarnos algunas cosas sobre la agricultura en condiciones adversas.

“Los hongos son un elemento fundamental a la hora de pensar en todo ese sistema circular de cómo alimentamos y apoyamos a las personas a largo plazo”, afirmó Mortimer.

La misión Fram2 no es la única que explora cómo se desarrollan las plantas y los hongos más allá de la atmósfera terrestre. Investigadores de todo el mundo están preparando misiones similares, como el envío de lenteja de agua y otras especies vegetales a la Luna en la misión Artemis III de la NASA, programada para el 2027.

Juntos, estos experimentos ayudarán a los científicos a responder preguntas cruciales: ¿Pueden las plantas prosperar en los hostiles entornos lunares y marcianos? ¿Cómo afectan la radiación, la microgravedad y las condiciones extremas al crecimiento? ¿Podrían los conocimientos que obtengamos de estas misiones ayudarnos a mejorar la agricultura en nuestros países?

Por ahora, todas las miradas están puestas en la misión Fram2. Si los hongos prosperan, Philips y su tripulación regresarán con una cosecha pequeña pero significativa, que podría ayudar a alimentar a la próxima generación de exploradores espaciales.

Fuente: ZME Science.

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