Un herpes labial puede parecer una molestia menor. Pero detrás de ese hormigueo en el labio se esconde uno de los virus más extendidos y astutos del mundo: el virus del herpes simple tipo 1, o VHS-1. Infecta a miles de millones de personas. Probablemente tengas la infección sin siquiera saberlo. Y según una nueva investigación, el virus transforma nuestro ADN más rápido de lo que nadie imaginaba.
Científicos en España y China descubrieron que el VHS-1 comienza a reescribir la arquitectura de los genes humanos tan sólo una hora después de la infección. No se infiltra y se copia a sí mismo, sino que se apodera del sistema de control genético de la célula y lo redirige para sus propias necesidades.
Un hacker genético rápido
El virus del herpes se propaga fácilmente por contacto con la piel, saliva o incluso al tocar la zona alrededor de la boca. Una vez dentro del cuerpo, se dirige a nuestras células, y en particular al núcleo, donde se almacenan todas nuestras instrucciones genéticas.
Allí, el VHS-1 realiza algo extraordinario. Desvía las herramientas que nuestras células utilizan para leer el ADN, alejándolas de nuestros propios genes y dirigiéndolas hacia su propio patrón viral. Estas herramientas, especialmente una molécula llamada ARN polimerasa II, son como los trabajadores de una fábrica que normalmente mantienen la célula en funcionamiento. Cuando el virus las roba, nuestras células dejan de producir muchas de sus proteínas habituales. En su lugar, comienzan a producir materiales para el virus.
Este cambio ocurre rápidamente. En tan solo unas horas, el virus ha redirigido la mayor parte de su maquinaria hacia sí mismo, convirtiendo la célula en una fábrica de virus.
Tu ADN, secuestrado
A medida que el HSV-1 toma el control, no solo secuestra nuestra maquinaria genética, sino que modifica la estructura misma de nuestro ADN en las células infectadas. Utilizando microscopios ultraprecisos, los investigadores observaron cómo el virus colapsaba el material genético de la célula. En ocho horas, el genoma huésped se había reducido a tan solo el 30% de su volumen original. Esto se debió directamente a que el virus extrajo proteínas esenciales del ADN humano y las redirigió al suyo.
Se descubrió que el virus entraba en contacto físico con regiones específicas del genoma humano, en particular con regiones que permanecen activas durante la infección. “Antes creíamos que entraba en contacto con nuestro genoma de forma aleatoria”, declaró Esther González-Almela, bióloga del Centro de Regulación Genómica, a New Scientist. “Pero el virus es capaz de entrar en contacto con nuestro propio genoma en regiones específicas, y estas regiones suelen albergar genes que participan en la continuidad de la infección, en la producción de ARN viral y proteínas”.
Además, los investigadores descubrieron que el VHS-1 no solo silencia la célula huésped, sino que activa genes útiles para el virus. Estos genes se vuelven más activos, lo que facilita su replicación y propagación.
Al mismo tiempo, la mayor parte de la transcripción celular (el proceso de lectura y expresión de genes) se ralentiza drásticamente. De hecho, ocho horas después de la infección, la actividad genética humana se había reducido a menos del 10% de la transcripción total de la célula.
¿Podría este descubrimiento conducir al desarrollo de nuevos tratamientos?
El equipo de investigación no sólo observó cómo el virus se propagaba. También probó una forma de detenerlo. En sus experimentos, los científicos utilizaron un fármaco experimental contra el cáncer para bloquear TOP1, una de las proteínas relacionadas con la transcripción que el VHS-1 roba de las células humanas. Al aplicar esto en células pulmonares humanas cultivadas en laboratorio, el virus no pudo replicarse.
“Esto sugiere que el medicamento podría ayudar a tratar el VHS-1 en personas con herpes labial grave o que tienen un sistema inmunitario debilitado y son más propensas a experimentar complicaciones”, dijo González-Almela.
Las implicaciones podrían ir más allá del herpes labial. El equipo señala que otros virus podrían emplear estrategias similares para secuestrar células humanas. “Otros virus similares al VHS-1 podrían emplear estrategias similares”, afirmó Benjamin Krishna, virólogo de la Universidad de Cambridge. “Existe la posibilidad de que estos [tipos de fármacos experimentales] también puedan tratarlos”.
Por ahora, los hallazgos ofrecen una nueva ventana a la manera en que los virus manipulan el funcionamiento interno de las células humanas y un posible punto de partida para desarrollar tratamientos que corten su suministro de energía antes de que se propaguen.

Un virus familiar, un peligro oculto
El virus del herpes simple tipo 1 es increíblemente común. Se estima que dos tercios de las personas en todo el mundo lo portan, incluso si nunca han presentado síntomas. Suele ocultarse en las células nerviosas y reactivarse ocasionalmente, generalmente en forma de herpes labial. Pero en personas con sistemas inmunes comprometidos, como pacientes con cáncer o receptores de trasplantes de órganos, puede causar problemas más graves, incluidas infecciones en los ojos o el cerebro.
Esta investigación no solo nos ayuda a comprender el herpes. Muestra cómo algunos virus pueden alterar las reglas de nuestra biología para tomar el control, y cómo la ciencia moderna está empezando a detectarlos en el acto.
El virus puede tener ventaja. Pero por primera vez, los científicos ven su estrategia en tiempo real. Y están aprendiendo a contraatacar.
El estudio fue publicado en Nature Communications.
Fuente: ZME Science.