Por: Petra Vaiglova
¿Alguna vez has pasado por el supermercado de camino a una cena para comprar una botella de vino? ¿Tomaste la primera que viste o te detuviste a pensar en las opciones disponibles y a decidir de dónde querías que fuera tu regalo?
Los habitantes del oeste de Irán hace unos 11.000 años compartían la misma idea, pero en la práctica resultaba un poco diferente. En nuestra última investigación, mis colegas y yo estudiamos los restos de antiguas fiestas en Asiab, en los montes Zagros, donde la gente se reunía para celebrar en comunidad.
Los festines dejaron los cráneos de 19 jabalíes, que empaquetaron cuidadosamente y sellaron en un foso dentro de un edificio circular. Las marcas de carnicería en los cráneos de jabalí indican que los animales se utilizaban para el festín, pero hasta ahora se desconocía su procedencia.
Al examinar los patrones microscópicos de crecimiento y las firmas químicas dentro del esmalte dental de cinco de estos jabalíes, descubrimos que al menos algunos habían sido traídos al sitio desde una distancia considerable, atravesando terrenos montañosos difíciles. Llevarlos al festín, cuando había otros jabalíes disponibles localmente, habría requerido un esfuerzo enorme.
Una gran fiesta de antes del amanecer de la agricultura
Las actividades festivas están ampliamente documentadas en el registro arqueológico, principalmente en comunidades que dependen de la agricultura para generar excedentes alimentarios. De hecho, se ha sugerido que las festividades pudieron haber sido un factor impulsor de la adopción de la agricultura, aunque esta teoría ha sido ampliamente debatida. Si bien la evidencia posterior a la adopción de la agricultura es abundante en todos los rincones del planeta, la evidencia anterior a la agricultura es más escasa.
Lo especial de la fiesta de Asiab no es solo su fecha temprana y el hecho de que reuniera a personas de las zonas más extensas de la región. Es el hecho de que quienes participaron en ella invirtieron un esfuerzo considerable, por lo que sus contribuciones implicaron un elemento de simbolismo geográfico.
Comida y cultura
La comida y las tradiciones culinarias ancestrales forman parte integral de las culturas de todo el mundo. Por ello, las festividades, festivales y otros eventos de importancia social suelen estar relacionados con la comida.
No podemos imaginar la Navidad sin la comida navideña, por ejemplo, ni el Eid sin los regalos de comida, ni la Pascua judía sin la sopa de bolas de matzá. Además, la comida es un regalo muy apreciado. Cuanto más evoque un alimento a un país o lugar específico, mejor. Por eso, el queso francés, la cecina de cocodrilo australiana y el pollo negro coreano son moneda corriente en el mundo de los regalos.
Al igual que hoy, las personas que vivieron en el pasado notaron la importancia de la reciprocidad y el lugar, y formularon costumbres para celebrarlos públicamente. En los antiguos festines de Stonehenge, por ejemplo, las investigaciones han demostrado que se comía cerdo traído de extensas zonas de Gran Bretaña. Nuestros nuevos hallazgos ofrecen la primera visión de un comportamiento similar en un contexto preagrícola.
Cómo leer un diente
¿Sabías que los dientes crecen como los árboles? Al igual que los árboles y sus anillos de crecimiento anuales, los dientes depositan capas visibles de esmalte y dentina durante el crecimiento.
Estas capas de crecimiento rastrean los patrones diarios de desarrollo y los cambios en la ingesta dietética de ciertos elementos químicos. En nuestro estudio, cortamos los dientes de jabalíes de Asiab de forma que pudiéramos contar estas capas de crecimiento diario al microscopio.
Posteriormente, utilizamos esta información para medir la composición del esmalte secretado a intervalos aproximadamente semanales. La variabilidad en las proporciones isotópicas que medimos sugiere que al menos algunos de los jabalíes utilizados en el festín de Asiab provenían de una distancia considerable: posiblemente de al menos 70 km, o de dos o más días de viaje. La explicación más probable es que fueron cazados en lugares más alejados de la región y transportados al sitio como contribuciones al banquete.
La reciprocidad es fundamental en las interacciones sociales. Al igual que una botella de vino cuidadosamente elegida hoy en día, esos jabalíes traídos de todas partes podrían haber servido para conmemorar un lugar, un evento y lazos sociales mediante el intercambio de regalos.
Este artículo es una traducción de otro publicado en The Conversation. Puedes leer el texto original haciendo clic aquí.