Las marcas de cortes, mordeduras y cortes en restos humanos de hace 5.700 años sugieren que el canibalismo puede haber sido una práctica común entre nuestros ancestros neolíticos. Francesc Marginedas, del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) en Tarragona, España, y sus colegas estudiaron más de 600 huesos y fragmentos de 11 esqueletos bien conservados de adultos, adolescentes y niños. Estos fueron hallados en la cueva de El Mirador, en la sierra de Atapuerca, y datan del Neolítico Tardío (hace entre 6.500 y 5.000 años). El trabajo se publica en la revista Scientific Reports.
Lo que revelan los huesos
El análisis microscópico reveló indicios de canibalismo en todos los huesos estudiados. En concreto, los investigadores observaron signos de carnicería en 69 huesos y marcas de corte en varios otros, lo que indicaba que se les había cortado la piel y el músculo. Algunos huesos eran translúcidos con bordes ligeramente redondeados, lo que indicaba que habían sido hervidos. Otra evidencia incluye algunos de los huesos más grandes que fueron partidos, probablemente para llegar a la médula.
Según los científicos, el canibalismo se practicaba después de la muerte. Los cuerpos eran desollados y sus extremidades separadas antes de ser cocinados y consumidos, posiblemente en cuestión de días. Entonces, ¿por qué nuestros ancestros se comían entre sí? ¿Necesidad, o existía un propósito más oscuro y macabro?

El canibalismo antiguo es difícil de interpretar, ya que puede ser difícil determinar el motivo, y la evidencia suele ser escasa o, en el mejor de los casos, ambigua. Sin embargo, los científicos han descartado que se tratara de una emergencia alimentaria, ya que no había indicios de escasez en la región en ese momento. También creen que no formaba parte de prácticas funerarias ni de otros rituales, ya que no se ha encontrado nada similar en la zona.
Se cree que los huesos de este estudio pertenecen a una sola familia o a una familia extensa, y los investigadores creen que un grupo vecino los exterminó en un solo evento. “Los hallazgos actuales sugieren que el canibalismo podría estar vinculado a la violencia intergrupal durante los últimos períodos prehistóricos”, escriben los investigadores en su artículo. Esto se ve respaldado por la evidencia de otras masacres neolíticas en España, Francia y Alemania.
Más que sólo agricultores
La cueva El Mirador, donde se encontraron los huesos, es un tesoro de restos arqueológicos. Entre los descubrimientos previos se incluyen gorros ceremoniales y evidencia de canibalismo en la Edad del Bronce.
Este último estudio, junto con hallazgos anteriores, desafía la imagen común del Neolítico como una era de agricultores que coexistían pacíficamente. En cambio, sugiere una existencia más violenta y conflictiva.
Fuente: Phys.org.