El príncipe perdido de los Guerreros de Terracota pudo haber sido hallado

Humanidades

Hace medio siglo, unos agricultores que cavaban un sencillo pozo en la provincia china de Shaanxi se toparon con algo que posteriormente asombró al mundo: un soldado de arcilla que montaba guardia en silencio. Esa estatua solitaria resultó ser solo una figura entre un ejército subterráneo de miles, los Guerreros de Terracota, erigidos para defender al primer emperador de China, Qin Shi Huang, en su muerte. 

Hoy, ese sitio vuelve a ser noticia. Arqueólogos han desenterrado un gigantesco ataúd de 16 toneladas, rodeado de tesoros —monedas, jade, armas e incluso camellos de oro— que podrían finalmente vincular una leyenda de 2000 años con la realidad. 

“La tumba fue construida con gran precisión. Era tan profunda y de gran tamaño. La mayoría de las tumbas antiguas han sido saqueadas, así que no teníamos muchas esperanzas con la cámara del ataúd. Pero resultó que no había sido saqueada. Nos quedamos asombrados”, dijo Jiang Wenxiao, arqueólogo principal .

Este ataúd podría ser el lugar de descanso del príncipe Gao, el desafortunado hijo del emperador que, según crónicas antiguas, eligió morir para poder unirse a su padre en el más allá.

Descubriendo la leyenda del Príncipe Gao

La tumba contenía miles de monedas, armas, armaduras y vajilla para el más allá. Crédito: NETFLIX.

Debido a la política china de proteger el mausoleo del emperador de la excavación directa, las tumbas permanecieron intactas durante años. Sin embargo, cuando las fuertes lluvias amenazaron con inundar la cámara, los arqueólogos no tuvieron más remedio que actuar.

En 2011, investigadores identificaron nueve grandes tumbas cerca del vasto complejo del mausoleo de Qin Shi Huang. Una de estas cámaras funerarias, oculta a 16 metros bajo la superficie y con una longitud de más de 100 metros, resultó especialmente significativa. La cámara había escapado al saqueo, algo poco común, ya que la mayoría de las tumbas antiguas chinas fueron vaciadas hace siglos.

En su interior se descubrió un enorme ataúd de madera de unas 16 toneladas. Aunque muy deteriorado, permanecía sellado, rodeado de ajuares funerarios que indicaban su estatus real. Había miles de monedas de bronce, armaduras, jade finamente tallado, vasijas de cocina y un par de camellos de oro y plata. 

Un camello dorado recuperado del ataúd. Crédito de la imagen: Netflix.

Cada objeto reflejaba creencias antiguas sobre el más allá. Por ejemplo, los historiadores sugieren que la armadura representa protección, el jade simboliza pureza, las monedas representan riqueza, los utensilios significan sustento y los animales exóticos son símbolos de poder y prosperidad.

La majestuosidad del entierro suscitó inmediatamente interrogantes sobre el difunto. Algunos estudiosos sugieren que podría tratarse de la tumba de un general o noble de alto rango. Otros, en cambio, señalan la dramática historia del príncipe Gao, hijo de Qin Shi Huang, registrada en el Shiji, un antiguo relato histórico escrito por el Padre de la Historia China, Sima Qian, en el siglo I a. C. 

Según el Shiji, tras la muerte del emperador, su hijo menor, Hu Hai, se apoderó del trono eliminando a sus hermanos. Curiosamente, se dice que el príncipe Gao, uno de los hijos mayores de Huang, le pidió a su hermano que lo dejara morir para ser enterrado junto a su padre y unirse a él en el más allá.

Qin Shi Huang, el primer emperador de China, que gobernó desde 221 a 210 a. C. Crédito: Dominio público.

Durante siglos, los historiadores se preguntaron si esto era un mito o una historia. Ahora, con esta tumba ricamente decorada dentro de la necrópolis, la posibilidad parece más cercana que nunca.

“Por primera vez en 2.000 años, tenemos la oportunidad de averiguar si lo que escribió Sima Qian es correcto”, dijo Hui Ming Tak Ted, historiador y profesor asociado de la Universidad de Oxford.

Hay mucho más que saber sobre el ataúd

Normalmente se prohíben las excavaciones en el sitio, pero la tumba estaba dañada, por lo que se permitió la operación. Crédito: NETFLIX.

Si el ataúd pertenece al príncipe Gao, sería uno de los raros momentos en que la arqueología confirma directamente una antigua leyenda china. Sin embargo, en el caso de que el ocupante resulte ser un noble guerrero, el descubrimiento aún revela hasta qué punto el vasto complejo funerario de Qin Shi Huang permanece inexplorado y con qué cuidado se construyeron estas tumbas para resistir el paso del tiempo.

Sin embargo, encontrar la respuesta correcta no es tarea fácil. El ataúd es frágil, y las pruebas para identificar al ocupante, ya sea mediante análisis de ADN, estudios químicos o comparación de artefactos, pueden tardar años y enfrentar obstáculos técnicos. Además, las condiciones del suelo suelen destruir los restos orgánicos, y extraer material genético de hace dos milenios es notoriamente difícil. 

Se espera que los arqueólogos superen estos desafíos y que futuras investigaciones revelen muchos más hallazgos interesantes relacionados con la dinastía Qin. Mientras tanto, puedes aprender más sobre el descubrimiento del tesoro del ataúd en Los misterios de los guerreros de terracota, un documental lanzado recientemente en Netflix.

Fuente: ZME Science.

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