Para reabrir con seguridad los campus, las universidades tal vez necesiten hacerle a sus estudiantes la prueba de COVID-19 cada dos días.
David Paltiel, de la Escuela de Salud Pública de Yale en New Haven, Connecticut, y sus colegas modelaron el efecto de una variedad de estrategias de prueba sobre la cantidad de infecciones que surgirían entre 5,000 estudiantes durante un semestre de 80 días.
En un escenario, los investigadores asumieron que se llevarían a las instalaciones cinco casos nuevos cada semana, que cada estudiante infectado transmitiría el virus a otros 2.5 y los que dieron positivo serían aislados. El equipo descubrió que diagnosticar a los estudiantes cada dos días con una prueba rápida y relativamente barata mantendría las infecciones en alrededor de 135 durante el semestre y costaría US$470 por estudiante y por período. Sin embargo, las pruebas hechas solo semanalmente darían como resultado un crecimiento explosivo de infecciones.
Si la tasa de transmisión fuera más alta, mantener las infecciones manejables requeriría pruebas diarias, lo que duplicaría los costos. Los autores subrayan que las medidas preventivas como el distanciamiento social seguirán siendo esenciales. Los hallazgos aún no han sido revisados por pares.
Fuente: Nature.