La crisis del coronavirus ha hecho que el acceso a Internet sea más urgente

Tecnología

Con muchas personas encerradas alrededor del mundo, prácticamente el trabajo, el estudio y hasta las compras se han vuelto virtuales, pero ¿Qué pasa con las personas que no tienen Internet?

La falta de Internet sería inimaginable para muchos, sobre todo para los que viven en zonas urbanas, pero lo cierto es que al menos en Estados Unidos al menos 16 millones de personas no tienen este servicio o, en su defecto, este es muy lento.

Si esta brecha en el acceso a Internet no se resuelve, la diferencia entre ricos y pobres será cada vez mayor. Muchos estudiosos y activistas de los derechos humanos consideran que el Internet es un derecho humano básico, al nivel de la libertad o la salud.

“El acceso a Internet no es un lujo, sino un derecho humano moral y todo el mundo debería tener acceso no supervisado y sin censura a este medio global, proporcionado de forma gratuita para aquellos que no pueden pagarlo”, dijo el Dr. Merten Reglitz, profesor de ética global en el Universidad de Birmingham en el Reino Unido, dijo durante un comunicado en 2019. “Sin ese acceso, muchas personas carecen de una forma significativa de influir y responsabilizar a los legisladores e instituciones supranacionales. Estas personas simplemente no tienen voz en la elaboración de las reglas que deben obedecer y que dan forma a sus oportunidades de vida”.

En otras palabras, la falta de acceso a Internet pone en desventaja a los que no lo tienen en comparación con los que sí lo tienen, y la crisis del coronavirus no ha hecho más que empeorarlo.

Casi la mitad de la población mundial no tiene acceso a Internet. Incluso en países desarrollados, el acceso a un ancho de banda de calidad es más bajo de lo que podríamos creer. En Estados Unidos esa cifra es del 6%, mientras que en Australia es asciende al 13%. En muchos casos, el servicio ha estado saturado debido a la gran cantidad de personas que lo están usando, a pesar de los esfuerzos de las empresas proveedoras por mejorarlo.

En un contexto de cuarentena, esto significa que muchas personas pobres tienen menos acceso a la educación, a oportunidades laborales e incluso a la autorrealización. Una encuesta tomada por el Pew Research Center realizada en abril de 2020 determinó que el 53% de los adultos consideraron que el Internet como esencial durante la pandemia, con el 34% restante diciendo que era importante, pero no esencial.

En los EE. UU., cerrar la brecha de la banda ancha se basa en la mejora de las políticas a nivel federal, estatal y local para eliminar los obstáculos y mejorar la conectividad en áreas rurales y desatendidas. Brad Smith, presidente de Microsoft, escribió en una publicación de blog de mayo que “se necesita la acción del Congreso para abordar las necesidades inmediatas de conectividad de banda ancha que están teniendo un mayor impacto en las personas y las comunidades durante la crisis de COVID-19”.

“El virus COVID-19 ha creado una crisis nacional. Pero también ha creado una oportunidad importante. Es hora de impulsar a la nación y reconocer lo obvio. La banda ancha se ha convertido en la electricidad del siglo XXI. Mucho antes de finales del siglo XX, reconocimos que ningún estadounidense debería vivir sin electricidad. Ahora que nos embarcamos en la tercera década del siglo XXI, todos los estadounidenses merecen la oportunidad de acceder a la banda ancha”, dijo Smith.

Fuente: ZME Science.

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