Revelan los límites del continente perdido de Zelandia con gran precisión

Geología

Una nueva expedición de cartografía oceánica está trazando los límites de Zealandia, un “continente perdido” sumergido que alberga a Nueva Zelanda y el territorio de Nueva Caledonia en el Pacífico Sur.

Zealandia se separó del supercontinente Gondwana hace entre 79 y 83 millones de años. A excepción de Nueva Zelanda y Nueva Caledonia, este fragmento de corteza continental ahora se encuentra en el fondo del océano. No es el único trozo de corteza continental que se desprende de un continente más grande, pero es el más grande con 4,9 millones de kilómetros cuadrados. Eso es seis veces más grande que el siguiente fragmento continental más grande, el microcontinente de Madagascar.

A Zealandia, también conocida como Te Riu-a-Māui en maorí, se le asignó el estado continental en 2017. Desde entonces, los investigadores han estado trabajando para mapear el continente perdido, lo que no es tarea fácil, ya que el 94% está bajo el agua.

Ahora, Derya Gürer, científica de la tierra de la Universidad de Queensland en Australia, y sus colegas han recopilado nuevos datos en el borde noroeste de Zealandia, que se encuentra en alta mar en el Parque Marino del Mar de Coral de Queensland. Los investigadores pasaron 28 días a bordo del buque Falkor explorando la región, cartografiando 37.000 kilómetros cuadrados.

“Nuestra expedición recopiló datos topográficos y magnéticos del lecho marino para comprender mejor cómo se formó la estrecha conexión entre los mares de Tasmania y Coral en la región de Cato Trough, el estrecho corredor entre Australia y Zealandia”, dijo Gürer en un comunicado de la universidad.

El área entre la placa de Australia y la placa de Zealandia probablemente sea muy complicada, dijo Gürer. Probablemente haya varios microcontinentes sumergidos allí, todos los cuales se separaron de las principales masas continentales cuando Australia se liberó de Gondwana. El supercontinente abarcaba lo que hoy es América del Sur, África, Antártida, Australia, Zelanda, Arabia y el subcontinente indio. Estos fragmentos de corteza continental son diferentes de la corteza oceánica circundante del fondo marino, que es más densa y delgada que la corteza continental.

Realizado en colaboración con el Schmidt Ocean Institute, el mapeo fue parte de la expedición Seafloor to Seabirds. Los datos cartográficos también se incorporarán a un proyecto más amplio, la colaboración Seabed 2030, que tiene como objetivo hacer un mapa completo y disponible públicamente del fondo del océano para 2030. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), menos del 10% de el fondo marino se ha cartografiado mediante métodos de sonar modernos, que utilizan el sonido para revelar la topografía submarina. La expedición Seafloor to Seabird no solo recopiló información sobre la topografía, sino también datos sobre la intensidad del campo magnético en el área. Debido a que la corteza oceánica y la corteza continental están formadas por diferentes concentraciones de minerales con diferentes firmas magnéticas, estos datos permitirán a los investigadores reconstruir los fragmentos rotos de Gondwana.

“El lecho marino está lleno de pistas para comprender la compleja historia geológica de las placas continentales de Australia y Zelanda”, dijo Gürer.

Fuente: Live Science.

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