Cuanto más comprendamos sobre la enfermedad de Alzheimer, más rápido podremos trabajar hacia mejores tratamientos y, en última instancia, una cura, lo que hace que sea importante descubrir cuatro subtipos distintos de la enfermedad cerebral. Usando algoritmos de aprendizaje automático entrenados en escáneres cerebrales de 1.143 personas con cerebros sanos o cerebros afectados por la enfermedad de Alzheimer, los científicos han identificado cuatro formas distintas en que las proteínas tau se enredan entre las neuronas.
Las proteínas tau deformadas están estrechamente relacionadas con el desarrollo y la progresión de la enfermedad de Alzheimer, pero se pensaba que el patrón de entrelazamiento de tau en el cerebro era más o menos el mismo en todas las personas con la enfermedad.
“Identificamos cuatro patrones claros de patología tau que se hicieron distintos con el tiempo”, dice el neurólogo Oskar Hansson de la Universidad de Lund en Suecia.
“La prevalencia de los subgrupos varió entre el 18 y el 30%, lo que significa que todas estas variantes de la enfermedad de Alzheimer son en realidad bastante comunes y ninguna domina como pensábamos anteriormente”.
La primera variante, descubierta en el 33% de los casos, ve a tau extendiéndose principalmente dentro del lóbulo temporal y afectando la memoria del paciente. El segundo, que se encuentra el 18% de las veces, se extiende a otras partes de la corteza cerebral; los problemas de memoria son menos comunes, pero las dificultades para planificar y realizar acciones son más comunes.
La tercera variante, que se encuentra en el 30% de todos los casos, es donde la tau se propaga en la corteza visual (utilizada para procesar la vista): los pacientes tienen problemas para orientarse, juzgar la distancia e identificar formas. La cuarta y última variante, que se observa en el 19% de los casos, se propaga asimétricamente en el hemisferio izquierdo del cerebro y afecta el procesamiento del lenguaje.
Los descubrimientos fueron posibles gracias a exploraciones detalladas de tomografía por emisión de positrones (PET) 3D. El análisis de seguimiento durante dos años confirmó la presencia de estos cuatro patrones distintos en las personas con Alzheimer y podría ayudar a explicar por qué diferentes personas muestran diferentes síntomas a medida que avanza la enfermedad.
“Esto sugeriría que el Alzheimer es una enfermedad aún más heterogénea de lo que se pensaba”, dice el neurocientífico Jacob Vogel de la Universidad McGill en Canadá.
“Ahora tenemos motivos para reevaluar el concepto de Alzheimer típico y, a largo plazo, también los métodos que utilizamos para evaluar la progresión de la enfermedad”.
La enfermedad de Alzheimer ya es la forma principal de demencia en todo el mundo, y el número de personas afectadas sigue aumentando drásticamente a medida que la población envejece. Sabemos que causa una pérdida constante de neuronas, pero aún no está claro exactamente por qué sucede eso, y hasta el momento, no existe una cura conocida. Sin embargo, se están logrando avances. Estudios anteriores también han analizado la división del Alzheimer en subtipos para darnos una mejor comprensión de la enfermedad, mientras que también estamos aprendiendo más sobre las neuronas vulnerables al Alzheimer y cómo se podrían revertir sus efectos.
El siguiente paso es extender el análisis a un período de tiempo más largo, hasta 10 años, sugieren los investigadores. Saber qué subtipo está presente en un paciente podría, por ejemplo, darles una mejor idea de qué síntomas esperar y cuándo, así como abrir opciones para nuevos tratamientos.
“Este conocimiento es importante para los médicos que evalúan a los pacientes con Alzheimer y también nos hace preguntarnos si los cuatro subtipos podrían responder de manera diferente a diferentes tratamientos”, dice Hansson.
Fuente: Science Alert.