Los científicos de Suecia han desarrollado una herramienta sencilla y fiable para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer en sus primeras etapas. El prototipo analiza los resultados de un único análisis de sangre y tres exámenes cognitivos, que solo tardan diez minutos en completarse.
Con solo esa información, el nuevo algoritmo pudo predecir con un 90% de certeza qué pacientes con deterioro cognitivo leve desarrollarían Alzheimer en cuatro años. En comparación con los métodos de diagnóstico actuales, eso es una gran mejora. En las primeras pruebas del prototipo, los expertos en demencia, que utilizan el historial médico y los escáneres cerebrales de una persona para hacer su diagnóstico, obtuvieron resultados significativamente peores que esta nueva herramienta.
Al examinar 340 pacientes en Suecia y 543 pacientes en América del Norte con problemas leves de memoria, los expertos tenían razón sobre quién desarrollaría la enfermedad el 72% de las veces. Por otro lado, el nuevo algoritmo tuvo una precisión del 83% para predecir la aparición de la enfermedad de Alzheimer utilizando solo los resultados de los análisis de sangre.
Estas muestras de plasma sanguíneo se usaron para buscar un gen conocido de riesgo de Alzheimer, así como evidencia de enredos de proteína tau en aquellos que ya padecían problemas leves de memoria. Estudios recientes sugieren que las proteínas tau están presentes en el cerebro desde las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer, y el año pasado, los científicos encontraron que la P-tau217 plasmática, un producto de las proteínas tau en la sangre, era un buen predictor del deterioro cognitivo en personas con deterioro cognitivo leve. En el pasado, se ha descubierto que la P-tau217 en el líquido cefalorraquídeo predice el deterioro cognitivo específico del Alzheimer, pero las pruebas de líquido cefalorraquídeo son mucho más invasivas y costosas que un simple análisis de sangre.
También se han desarrollado prototipos de análisis de sangre anteriores, pero ninguno ha llegado a la clínica. Estos análisis de sangre se basaron en otro sello distintivo de la enfermedad similar a las proteínas tau, llamadas placas de beta amiloide.
Este tipo de placa cerebral, sin embargo, no parece ser tan omnipresente entre los pacientes con Alzheimer como lo son las proteínas tau. De hecho, hasta un tercio de los pacientes con diagnósticos clínicos de Alzheimer carecen de estas placas post mortem, mientras que algunas personas sin problemas de memoria muestran los biomarcadores después de la muerte. Esto había llevado a los investigadores a sugerir que las placas de beta amiloide son los últimos en llegar a la enfermedad; a su vez, esto indica que los biomarcadores relacionados con tau podrían detectar la enfermedad antes.
“El algoritmo nos permitirá reclutar personas con Alzheimer en una etapa temprana, que es cuando los nuevos medicamentos tienen más posibilidades de retrasar el curso de la enfermedad”, dice el neurocientífico Oskar Hansson de la Universidad de Lund en Suecia.
Los investigadores esperan que su prueba, después de mejoras y ajustes adicionales, algún día haga una gran diferencia en el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, especialmente en lugares que no pueden permitirse la costosa tecnología de imágenes cerebrales o pruebas de líquido cefalorraquídeo.
“El algoritmo actualmente solo se ha probado en pacientes que han sido examinados en clínicas de memoria. Nuestra esperanza es que también sea validado para su uso en la atención primaria de la salud, así como en países en desarrollo con recursos limitados”, dice el autor principal del estudio, Sebastian Palmqvist, también de la Universidad de Lund.
Fuente: Science Alert.