Un equipo de investigadores del CMR-Instituto Nacional de Investigación en Tuberculosis y del ICMR-Instituto Nacional de Epidemiología, ambos en India, ha encontrado evidencia que sugiere que una vacuna antigua utilizada para reducir la amenaza de tuberculosis puede brindar a las personas mayores cierta protección contra el COVID. -19. En su artículo publicado en la revista Science Advances, el grupo describe su estudio de la vacuna Bacillus Calmette-Guérin (BCG) como una posible medida preventiva para las personas mayores. Valerie Koeken, del Radboud University Medical Center, ha publicado un artículo de Focus en el mismo número de la revista que explica por qué la inflamación es una preocupación mayor para las personas mayores y describe el trabajo del equipo en India.
Como señala Koeken, a medida que las personas envejecen, tienden a desarrollar una inflamación crónica de bajo grado, lo que las hace más susceptibles a muchos tipos de enfermedades; también puede aumentar los síntomas de enfermedades como COVID-19, lo que explica en parte por qué envejecen las personas tienen muchas más probabilidades de morir a causa de estas infecciones. En este nuevo esfuerzo, los investigadores analizaron una vacuna antigua para averiguar si podría resultar útil para las personas mayores no vacunadas.
El estudio involucró vacunar a 82 voluntarios entre las edades de 60 y 80 con la vacuna BCG y luego estudiar muestras de sangre tomadas un mes después. Al analizar las muestras, los investigadores encontraron disminuciones en varias citocinas que se han asociado con la promoción de la inflamación: IL-6, interferones tipo 1, interleucina-2 (IL-2) y TNF-alfa GM-CSF. También se encontró que los niveles de las mismas citocinas eran más bajos que los de un grupo de control de voluntarios no vacunados. Los investigadores encontraron que los voluntarios vacunados con BCG también tenían niveles más bajos de algunas quimiocinas, como las metaloproteinasas de la matriz y las proteínas de fase, las cuales también se han asociado con la promoción de la inflamación.
Los investigadores señalan que muchas de las citocinas que se redujeron en los voluntarios de BCG se han identificado como impulsoras de COVID-19 más grave, lo que también sugiere que la vacuna BCG podría resultar útil como medida provisional para las personas mayores que esperan la vacunación. Si pudiera reducir la inflamación en pacientes infectados, podría salvar vidas.
Fuente: Medical Xpress.