Un ritmo común en todos los humanos se encuentra por primera vez en un primate

Biología

Los seres humanos parecen tener un sentido del ritmo casi innato. En todas las culturas, hemos creado diferentes variedades de instrumentos de percusión para usar en una variedad de contextos sociales, mientras que el cuerpo en sí también se usa como un tambor, golpeando, pisando fuerte, bailando y vocalizando.

Nuestra percepción del ritmo parece estar estrechamente relacionada con nuestra experiencia del tiempo, ya que somos capaces de anticipar cuándo caerá el siguiente tiempo. Los estudios han investigado los límites de la capacidad humana para anticipar un latido y han demostrado que si el tiempo entre latidos es superior a 3 segundos, comenzamos a luchar para ubicarlos con precisión.

Entonces, ¿cuáles son los orígenes de nuestra proclividad hacia el ritmo como especie? Una forma interesante de abordar esta cuestión es observar el ritmo y cómo se expresa en otras especies, particularmente en nuestros parientes primates cercanos, y esto es exactamente lo que hizo un estudio reciente publicado en Current Biology.

“Buscar características musicales en otras especies nos permite construir un ‘árbol evolutivo’ de características musicales y comprender cómo se originaron y evolucionaron las capacidades rítmicas en los humanos”, dice Andrea Ravignani, coautora del estudio.

Antes de intentar identificar el ritmo en los primates, los investigadores querían reconocer las características universales del ritmo en las culturas de los seres humanos.

“Uno de esos universales es la producción de ritmos categóricos, definidos como aquellos en los que los intervalos temporales entre los inicios de las notas se distribuyen de manera categórica en lugar de uniforme”, señalan los autores en el artículo.

Las categorías rítmicas populares en humanos incluyen intervalos relacionados por proporciones enteras más pequeñas, como 1:1 (isocronía) y 1:2, que es donde algunas notas son dos veces más largas que sus adyacentes.

Anteriormente, estos ritmos categóricos se habían identificado en el canto de los pájaros, sin embargo, para comprender mejor el desarrollo de la percepción rítmica en los humanos, los investigadores recurrieron a los mamíferos cantantes como un grupo prometedor de especies para observar, en gran parte debido a su proximidad genética a humanos. Uno de esos grupos de mamíferos cantores son los indri (Indri indri), una especie de lémures conocidos por sus marcos relativamente grandes y sus llamativos pelajes en blanco y negro. A lo largo de 12 años, los investigadores grabaron canciones de 20 grupos indri que estaban formados por 39 personas. Los registros muestrearon aproximadamente el 1% de la población total de esta especie en peligro crítico de extinción, con los registros capturados en su hábitat natural, las selvas tropicales de Madagascar.

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I. indri en un árbol. (Filippo Carugati)

Los investigadores extrajeron las características temporales de las canciones de los indris analizando los intervalos de notas y sus proporciones. Descubrieron que estas canciones coincidían con dos categorías de proporción rítmica: 1:1, similar al ritmo de un metrónomo; y 1:2, una proporción de enteros fundamentalmente pequeña.

“Esto proporciona evidencia directa de un ritmo musical universal y categórico. Las proporciones de números enteros pequeños, que caen en 1:1 y 1:2, son exactamente las esperadas para la producción de ritmos y las subdivisiones métricas binarias; ambos son aspectos raros de la musicalidad humana en otras especies”, afirman los autores.

En un hallazgo adicional, los indris femeninos y masculinos diferían en la duración de sus intervalos entre notas, pero las proporciones 1:1 permanecieron iguales. Estas diferencias pueden ser relevantes para las hipótesis selectivas para la música, donde puede desempeñar un papel en la selección sexual o la vinculación social. Entonces, ¿por qué otro primate, como el indri, debería producir un ritmo categórico como se ve en los humanos?

Con un ancestro común que data de hace 77,5 millones de años, los autores señalan que es poco probable que un ancestro común de ritmo categórico pueda explicar su presencia en ambas especies.

“En cambio, esta habilidad puede haber evolucionado de manera convergente entre especies cantantes, como pájaros cantores, indris y humanos. Como en los pájaros cantores, la isocronía y las categorías rítmicas en indris pueden facilitar la coordinación, el procesamiento y potencialmente el aprendizaje de las canciones”, escriben.

Si bien los mecanismos cognitivos que respaldan las categorías rítmicas en indris se desconocen por ahora, este emocionante descubrimiento proporciona una nueva herramienta para analizar los comportamientos rítmicos no solo en otras especies, sino también en nosotros mismos.

Fuente: Science Alert.

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