Los científicos han identificado una cepa mutante previamente desconocida en una persona completamente vacunada que dio positivo después de regresar de un viaje corto de tres días a Camerún. Académicos con sede en el IHU Mediterranee Infection en Marsella, Francia, descubrieron la nueva variante el 10 de diciembre. Hasta ahora, la variante no parece estar propagándose rápidamente y la Organización Mundial de la Salud aún no la ha etiquetado como una variante preocupante. Sin embargo, los investigadores aún lo están describiendo y vigilando.
El descubrimiento de la mutación B.1.640.2, denominada IHU, se anunció en el servidor de preimpresión medRxiv, en un documento que aún espera la revisión por pares. Los resultados muestran que la proteína espiga de IHU, la parte del virus responsable de invadir las células huésped, porta la mutación E484K, que aumenta la resistencia a la vacuna. La secuenciación genómica también reveló la mutación N501Y, vista por primera vez en la variante Alfa, que los expertos creen que puede hacer que el COVID-19 sea más transmisible.
En el artículo, los médicos destacan que es importante mantener la guardia y esperar más sorpresas del virus: “Estas observaciones muestran una vez más la imprevisibilidad de la aparición de nuevas variantes del SARS-CoV-2 y su introducción desde el extranjero”, escriben. A modo de comparación, Ómicron (B.1.1.529) tiene alrededor de 50 mutaciones y parece ser mejor para infectar a personas que ya tienen un nivel de inmunidad. Afortunadamente, un creciente cuerpo de investigación demuestra que también es menos probable que desencadene síntomas graves.
Los expertos insisten en que IHU, que es anterior a Omicron pero aún no ha causado un daño generalizado, no debería causar preocupación, prediciendo que puede pasar a un segundo plano. En una entrevista con el Daily Mail, el Dr. Thomas Peacock, virólogo del Imperial College de Londres, dijo que la mutación tenía “una posibilidad decente de causar problemas, pero nunca se materializó realmente. Así que definitivamente no es algo por lo que valga la pena preocuparse demasiado en este momento”.
La cepa se cargó por primera vez en una base de datos de seguimiento de variantes el 4 de noviembre, más de dos semanas antes de que se secuenciara Ómicron. A modo de comparación, las autoridades francesas ahora informan más de 300,000 casos nuevos por día que se cree que son en su mayoría Ómicron, con datos que sugieren que los investigadores han identificado solo 12 casos de IHU durante el mismo período.
En general, Francia tiene una buena vigilancia de las variantes de COVID-19, lo que significa que los profesionales de la salud identifican rápidamente cualquier nueva cepa mutante. En contraste con Gran Bretaña, que sólo verifica tres de cada diez casos en busca de variantes. Los autores del artículo afirman que la aparición de la nueva variante enfatiza la importancia de la “vigilancia genómica” regular a escala nacional.
Fuente: ZME Science.