Para los antiguos mayas que vivieron en América Central durante miles de años, la planta de cacao de la que proviene el chocolate se consideraba un regalo de los dioses, tanto que los granos de estos árboles se usaban como moneda. Ahora, los investigadores han podido identificar nuevos lugares donde los mayas cultivaban sus arboledas sagradas de cacao, encontrando rastros de la antigua cosecha en el suelo de cenotes protegidos, que hace mucho tiempo habrían proporcionado la combinación ideal de humedad y sombra para que las plantas florecieran.
Estos cenotes existen en la Península de Yucatán en México, no en la superficie expuesta, donde las condiciones no habrían sido las adecuadas, sino dentro de sumideros con sus propios microclimas. Se descubrió que estos sumideros contenían teobromina y cafeína, biomarcadores clave para el crecimiento de las plantas de cacao. El equipo también descubrió múltiples signos de rituales que se llevaban a cabo en estos lugares ocultos: escaleras y tallas de piedra, altares y jade y cerámica que se habrían utilizado como ofrendas a poderes superiores.
“Buscamos teobromina durante varios años y encontramos cacao en algunos lugares que no esperábamos”, dice el científico del suelo Richard Terry de la Universidad Brigham Young (BYU).
“También nos sorprendió ver los artefactos ceremoniales. Mis alumnos descendieron en rappel a uno de estos sumideros y dijeron: ‘¡Guau! ¡Aquí hay una estructura!’ Era una escalera que llenaba un tercio del sumidero con piedra”.
El suelo extraído de estos sumideros se secó y tamizó antes de cubrirlo con agua caliente y colocarlo en una centrífuga para separar los elementos individuales. Luego se usó espectrometría de masas para ver qué contenía el suelo. Finalmente, los resultados se confirmaron mediante una comparación con muestras de control.
Se cree que uno de los sumideros, cerca de Cobá en México, fue el sitio de un bosque sagrado de cacao durante el período Posclásico Tardío (1000-1400 EC). Se encontraron el brazo y el brazalete de una figurilla, además de varias vainas de cacao modeladas en cerámica y los restos de árboles de cacao que aún estaban creciendo.
“Ahora tenemos estos vínculos entre las estructuras religiosas y los cultivos religiosos que crecen en estos sumideros”, dice Terry.
“Sabiendo que los granos de cacao se usaban como moneda, significa que los sumideros eran un lugar donde se podía cultivar y controlar el dinero”.
Los sumideros son comunes en la península de Yucatán, creados como procesos kársticos (la disolución de rocas solubles) que producen huecos hundidos en el paisaje. Parecería que los mayas aprovecharon al máximo estos huecos naturales. Además, muchos de los socavones están cerca de una carretera maya de 120 kilómetros que alguna vez fue una ruta comercial muy transitada, lo que sugiere que las personas a cargo del desarrollo de la carretera también tuvieron un papel clave en la producción de cacao.
Todo esto se suma a nuestro creciente conocimiento de estas personas fascinantes: ya sea mediante la tecnología de escaneo LIDAR o los nuevos procedimientos de análisis de suelos, los científicos están reuniendo más y más detalles sobre cómo vivían los pueblos de la antigua civilización maya.
“Esta nueva comprensión crea una rica narrativa histórica de un paisaje maya altamente cargado de valor económico, político y espiritual”, dice Terry.
La investigación ha sido publicada en el Journal of Archaeological Science: Reports.
Fuente: Science Alert.