Una nueva investigación está investigando los beneficios de agregar mangos a las herramientas producidas para los primeros humanos. Cuando se les pedía que nombraran el avance más importante en la historia de la humanidad, muchas personas decían fuego o la rueda. Después de todo, esto sentó las bases para todo nuestro progreso futuro. Un nuevo artículo llega para mostrar que la simple adición de mangos a las primeras herramientas, un proceso conocido como “empuñadura”, puede haber sido un cambio igual de instrumental. Según los hallazgos, aunque las herramientas con mango requieren más energía para su uso que las herramientas sin mango, dan como resultado un gasto de energía general más bajo en comparación con el trabajo que pueden producir. La conclusión del artículo es que el advenimiento del mango permitió a los primeros humanos una capacidad mucho mayor para cambiar el entorno según sus necesidades, lo que impulsó la civilización tal como la conocemos.
¡Tienes que man-ejarlo!
“Desde su aparición hace entre 500.000 y 250.000 años, la invención de la tecnología de herramientas con mango (compuesto) representa una transición tecnológica clave que ha dado forma a las capacidades sociales, cognitivas y biológicas humanas. Esta nueva tecnología aditiva, con herramientas hechas de múltiples partes combinadas en un todo funcional, ha generado un interés considerable en sus implicaciones cognitivas, incluido el desarrollo del lenguaje y la planificación extendida”, informan los autores.
La creación de una herramienta con empuñadura es más compleja y requiere procesos cognitivos más complejos que las herramientas sin empuñadura. El documento actual partió de la suposición de que el desarrollo y la posterior difusión de las herramientas con mango son testimonio del hecho de que el beneficio que trajeron a las sociedades fue mayor que el esfuerzo y la planificación necesarios para construirlas y usarlas. A partir de ahí, los investigadores se propusieron determinar cuáles son estos beneficios y su magnitud.
Así que solicitaron la ayuda de 24 voluntarios adultos masculinos y 16 femeninos para realizar una serie de experimentos para averiguarlo. Estos consistían en voluntarios que realizaban actividades que habrían practicado los primeros humanos. Los voluntarios usarían herramientas tanto con mango como sin mango durante estas actividades, mientras vestían trajes con un conjunto de sensores. Durante el experimento, los trajes monitorearían los movimientos de los participantes, los niveles de contracción muscular, su consumo de oxígeno y la velocidad a la que se movían las herramientas.
Como el advenimiento de las herramientas con mango coincidió con un período de gran desarrollo de la industria, la agricultura y las capacidades de transporte de su época, las tareas que realizaron los voluntarios reflejaron las necesidades asociadas con estos campos de trabajo. Estos incluían cortar un árbol simulado con hachas (con y sin mangos) o raspar las fibras de una alfombra que simulaba la piel de un animal con raspadores.
Los datos de estas pruebas revelan que las herramientas con mango permitieron a los participantes un mayor rango de movimiento y velocidad de impacto con sus herramientas, al mismo tiempo que requerían un mayor uso de sus músculos. Sin embargo, esta mayor demanda resultó en un uso mucho más eficiente de la energía. ESn esencia, requieren más esfuerzo para usar, pero producen una producción mucho mejor por unidad de energía gastada.
Los autores explican que las ventajas que se ven aquí con respecto al uso de herramientas con mango fueron casi con certeza una parte clave de por qué se inventaron y adoptaron rápidamente en las sociedades primitivas. Las ventajas que trajeron a la mesa también sentaron las bases para que surgiera la civilización tal como la conocemos. Tales herramientas, por ejemplo, facilitaron que las personas cortaran árboles, lo que a su vez les permitió construir estructuras de madera más complejas. Su uso facilitó el desbroce de tierras para la agricultura o la fabricación de otras herramientas, como lanzas para la caza, lo que facilitó el acceso de los primeros grupos a alimentos más abundantes.
“De las ventajas que se propone que el mango ha conferido sobre las herramientas sin este (poder de matar, eficiencia de la materia prima y contacto reducido con peligros biológicos), la ventaja subyacente radica en el mayor apalancamiento que ofrece al colocar los bordes de trabajo en un mango o eje en comparación con con herramientas de mano que tipifican el Paleolítico Inferior”, explica el artículo. “En general, se supone que una herramienta con mango aumenta la eficiencia energética, la fuerza y la precisión que se puede aplicar a una tarea. Estas suposiciones en gran parte no probadas se han consolidado en la ‘hipótesis de eficiencia’ de la tecnología de herramientas con mango”.
“Este estudio ha demostrado que […] el mango da como resultado estrategias biomecánicas significativamente diferentes, que en última instancia funcionan para ofrecer un beneficio energético en comparación con las herramientas manuales equivalentes. En particular, durante la tarea de cortar […] el beneficio energético se logra a través de aumentos en los movimientos de las articulaciones y los músculos […] que finalmente hicieron que la herramienta con mango utilizada fuera más efectiva por unidad de energía aplicada a una tarea”.
Si bien los hallazgos pueden parecer bastante obvios (cualquiera que haya intentado martillar un clavo con una piedra puede decirle que empuñar hace que las herramientas sean mejores), aún es importante investigar nuestras suposiciones en un entorno científico riguroso. El estudio muestra cómo un simple cambio en nuestras herramientas que la mayoría de nosotros pasaría por alto o daría por sentado le dio a nuestros antepasados la influencia, literalmente, necesaria para construir la civilización en lo que es hoy. El estudio también es un gran ejemplo de arqueología experimental, un campo de investigación que tiene como objetivo comprender a nuestros antepasados imitando sus acciones, comportamiento o estilo de vida, y que es muy querido para mí.
El artículo “Una investigación biomecánica de la hipótesis de eficiencia de la tecnología de herramientas con mango” se ha publicado en el Journal of The Royal Society Interface.
Fuente: ZME Science.