La expansión de la infraestructura de gas natural pone en peligro la transición energética, ya que el gas natural no es una tecnología puente hacia un sistema de energía 100% renovable como lo define el Acuerdo Climático de París. Este es el resultado de un estudio realizado por un equipo de investigación alemán interdisciplinario y publicado en la revista Nature Energy el 4 de julio de 2022. Los investigadores examinaron el problema del gas natural desde cinco perspectivas y le dieron al gas un balance climático bastante pobre, comparable al de carbón o petróleo. Recomiendan que los políticos y científicos revisen los supuestos actuales sobre el gas natural.
El estudio fue dirigido por la profesora Claudia Kemfert del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) y la Universidad Leuphana de Lüneburg en colaboración con Franziska Hoffart de Ruhr-Universität Bochum, Fabian Präger de la Technische Universität Berlin e Isabell Braunger y Hanna Brauers de la Universidad de Flensburg.
La crisis energética es solo una faceta del problema
A raíz de la guerra ofensiva emprendida por Rusia, el gobierno alemán enfrenta el desafío de reducir la dependencia energética de Rusia y continuar asegurando un suministro de energía asequible y seguro que esté en línea con los objetivos climáticos. Actualmente se están realizando esfuerzos para compensar el gas natural ruso, cuyo suministro es limitado e incierto, mediante el establecimiento de nuevas relaciones comerciales de gas y nueva infraestructura.
Claudia Kemfert, quien dirige el estudio, explica: “El gas natural fósil no es limpio ni seguro. Al retener el gas natural fósil durante demasiado tiempo, Alemania se encontró en una crisis energética. El país ahora solo puede salir de esta crisis si tomando medidas decisivas para una descarbonización consistente hacia un suministro completo de energías renovables”.
El uso de gas natural no es en sí mismo preferible al carbón y al petróleo
Los investigadores cuestionan las suposiciones generalizadas sobre el gas natural desde cinco perspectivas. En el proceso, se enfocan en los riesgos asociados con una mayor expansión de la infraestructura de gas natural y el uso intensivo continuo de gas natural. Si bien muchos aún suscriben la idea de que el gas natural es limpio, una extensa investigación muestra que el impacto climático del uso del gas natural se subestima significativamente y que el combustible fósil no es en sí mismo la mejor alternativa al uso del carbón y el petróleo.
“El CO2 no es el único problema, también está el metano, un gas de efecto invernadero altamente eficaz, que se escapa sin quemar a la atmósfera a lo largo de toda la cadena de valor a través de emisiones fugitivas. Hasta ahora, estas emisiones no se han tenido suficientemente en cuenta y se han subestimado hasta ahora”, señala Fabian Präger.
La narrativa de la tecnología de puentes es engañosa
Además, los investigadores postulan que una expansión de la infraestructura de gas natural puede conducir a dependencias de ruta (“efectos de bloqueo”) y riesgos climáticos económicos, como la pérdida prematura de valor de los activos fósiles (“activos varados”). “Las inversiones en infraestructura de energía fósil consolidan la dependencia de los combustibles fósiles y las emisiones durante décadas. Por lo tanto, se crean enormes costos económicos y dependencias de rutas fósiles, lo que retrasa la eliminación de la energía fósil y el desarrollo de un sistema de energía 100% renovable. Infraestructura que no es compatible con los objetivos climáticos se ve amenazada con una clausura temprana con pérdidas económicas”, dice Franziska Hoffart.
Cinco medidas
Los investigadores proponen cinco medidas para evitar estos riesgos:
- Gestión de las emisiones de metano a lo largo de la cadena de valor del gas natural.
- Revisar los supuestos de los análisis de escenarios basados en nuevos hallazgos de investigación sobre las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el gas natural.
- Reemplazar la narrativa de la tecnología puente por criterios de descarbonización claros y decisivos.
- Evitar más bloqueos de gas natural y fugas de metano.
- Consideración seria y rigurosa de los riesgos relacionados con el clima en la planificación de la infraestructura energética.
“Esperamos utilizar estos hallazgos para agregar una perspectiva crítica a la discusión pública y académica sobre el futuro del gas natural fósil y la infraestructura”, dice Isabell Braunger. “El documento no solo está dirigido a la comunidad científica, sino, lo que es más importante, a los gobiernos que desarrollan estrategias para mitigar los gases de efecto invernadero. Después de todo, las inversiones en infraestructura de gas natural pueden retrasar la transición energética y conllevar enormes riesgos económicos”, señala Hanna Brauers.
Estudio interdisciplinario revela deficiencias del discurso actual
Uno de los aspectos únicos del estudio es la combinación de diferentes perspectivas que crean una visión holística del tema. Los investigadores pudieron lograr esta perspectiva gracias a sus diversos antecedentes en economía, ingeniería industrial, política y ética.
“Así es como mostramos que la discusión actual es incompleta y que un enfoque de investigación holístico e interdisciplinario sobre la transición energética y los procesos de transformación social y ecológica proporciona conocimientos más profundos”, concluyen los autores. “La crisis climática y energética geopolítica que rodea a los combustibles fósiles destaca la necesidad de una salida oportuna y consistente del gas natural, que debe ser organizada e implementada por la sociedad en su conjunto”.
Fuente: Tech Xplore.