La microscopía de electrón revela la razón de las manchas púrpuras de la Alhambra de Granada

Tecnología

Un par de investigadores de la Universidad de Granada ha resuelto el misterio de las manchas moradas en los techos del famoso palacio de la Alhambra en España. En su artículo publicado en la revista Science Advances, Carolina Cardell e Isabel Guerra describen su estudio del techo de la famosa fortaleza medieval y lo que aprendieron sobre sus misteriosas manchas moradas.

La construcción de la Alhambra se inició en 1238 y se realizaron mejoras durante cientos de años. En un momento, los artistas agregaron materiales a partes del techo que se suponía que se parecían a estalactitas. Cada uno se cubrió con estaño y luego se doró con una mezcla de oro y plata. El color original era dorado claro. Pero con el tiempo, muchas de las características comenzaron a tomar un color púrpura o azul, lo que le dio al techo un aspecto distintivo. Preocupados de que el techo se estuviera degradando, los trabajadores del siglo XIX aplicaron yeso sobre el dorado, haciendo que el techo fuera blanco. A medida que el yeso se desgastaba, el color púrpura se hizo visible una vez más. Los primeros investigadores sospecharon que la edad y la contaminación del aire eran responsables del color púrpura, pero no pudieron explicarlo. Sabían que el oro no se corroe, por lo que tenía que ser por un factor desconocido.

En este nuevo esfuerzo, los investigadores aprovecharon las capacidades de un microscopio electrónico obtenido recientemente por la Universidad de Granada para observar más de cerca el techo. Descubrieron que las nanoesferas hechas de oro puro se habían formado en el material con el tiempo: en un tamaño tan pequeño, el oro aparece como un metal púrpura. Un estudio posterior mostró que, con el tiempo, las fallas en el dorado original admitieron humedad, que transportaba la sal del rocío del mar. Eso permitió el contacto entre los metales en el dorado, y el estaño se corroyó y empujó su camino hacia la superficie. Reacciones químicas adicionales llevaron a la formación de esferas de oro, que eventualmente se asentaron en el yeso. Los investigadores sugieren que, además de resolver el misterio de las manchas moradas, su trabajo también podría ser útil para otros historiadores que trabajan en obras de arte o sitios arquitectónicos dañados.

Fuente: Phys.org.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *