Mantener dos brazos y dos piernas coordinados no siempre es fácil. Los pulpos no solo tienen el doble de extremidades que manejar, sino que sus brazos se comportan como si tuvieran mente propia. Una nueva investigación sugiere que la tarea del control motor podría simplificarse al adherirse a un brazo preferido para atrapar a la presa.
Usando pulpos de dos puntos de California (Octopus bimaculoides), los investigadores probaron la respuesta de los invertebrados a los cangrejos y camarones que caen en sus tanques. Los pulpos estaban escondidos dentro de madrigueras, con un ojo mirando hacia afuera. Cientos de clips de video revelaron cómo los pulpos usaban constantemente el segundo brazo desde el medio, en el lado donde estaba su ojo vigilante, para atrapar a sus presas. Cuando fue necesario, también se emplearon los brazos vecinos.
“Aunque los ocho brazos comparten una anatomía general y se consideran equipotenciales, dicho uso de los brazos para acciones específicas podría reflejar sutiles adaptaciones evolutivas”, escriben los investigadores en su artículo publicado.
Los cangrejos y los camarones se mueven de manera diferente y a diferentes velocidades, lo que hace que los pulpos usen diferentes métodos de ataque para cada uno. Por ejemplo, para los cangrejos se usó un movimiento similar al de un gato dirigido por el segundo brazo, que se escabulle mucho más lento que los camarones que revolotean. Para los camarones más rápidos y evasivos, los pulpos se dirigieron más lentamente con el segundo brazo, posiblemente incorporando movimientos sutiles que ayudan a camuflar los movimientos del brazo.
“El pulpo es conocido por el mimetismo durante la búsqueda de alimento, y especulamos que balancea sus brazos cerca del camarón para habituar la antena del camarón y los pelos sensoriales de los urópodos, lo que reduce la probabilidad de que escape con un golpe de cola”, escriben los investigadores.
Una vez que se hizo contacto, los brazos vecinos (numerados uno y tres) se usaron para asegurar a la presa indefensa. La consistencia del ataque del segundo brazo fue algo sorprendente, dado que los pulpos a menudo se ven todo menos coordinados, pero los investigadores dicen que es probable que tenga que ver con su campo de visión (como lo han sugerido estudios anteriores).
“Como cada ojo del pulpo cubre alrededor de 180 grados con una intersección prácticamente nula y muestra un movimiento ocular limitado y ningún movimiento de la cabeza, es probable que los pulpos prefieran colocar el objetivo en el medio en lugar de en el borde de su campo visual”, escriben los investigadores.
Los segundos cuentan cuando se trata de atrapar comida en la naturaleza, por supuesto, y parece que al simplificar el proceso de captura y usar múltiples brazos, los pulpos pueden maximizar sus posibilidades de conseguir algo de comida. El próximo paso para los biólogos sería analizar cómo la actividad de las neuronas está relacionada con movimientos motores tan precisos. Los científicos no creen que el sistema nervioso central del pulpo esté necesariamente involucrado en el reclutamiento de brazos adicionales para capturar presas; en cambio, es probable que sea más una acción refleja. Tener una mejor comprensión de la mecánica detrás de esta coordinación de brazos también podría ayudar en el desarrollo de robots blandos, dicen los investigadores, especialmente aquellos que van a trabajar bajo el agua.
“Los pulpos son extremadamente fuertes”, dice el biólogo y autor del estudio Trevor Wardill, de la Universidad de Minnesota. “Para ellos, agarrar y abrir una puerta es trivial, dada su destreza”.
“Si podemos aprender de los pulpos, entonces podemos aplicar eso para hacer un vehículo submarino o una aplicación de robot suave”.
La investigación ha sido publicada en Current Biology.
Fuente: Science Alert.