Un trío de paleontólogos, dos de la Academia Rusa de Ciencias, el tercero de la Universidad de Silesia en Katowice, ha identificado el insecto portador de polen más antiguo que se conoce. La investigación de Alexander Khramov, Tatiana Foraponova y Piotr Węgierek se ha publicado en Biology Letters.
Hasta este nuevo hallazgo, el insecto portador de polen más antiguo conocido databa de hace aproximadamente 160 millones de años. Estos nuevos especímenes eran insectos terrestres del género Tillyardembia, y vivieron hace aproximadamente 280 millones de años, durante el período Pérmico. Se encontraron originalmente en un sitio de excavación cerca de la ciudad de Chekardain en Rusia, en rocas a lo largo de la orilla de un río. Los investigadores informan que los insectos parecidos a tijeretas medían aproximadamente 1,5 centímetros de largo y tenían alas, aunque eran bastante endebles, lo que sugiere que los insectos pasaban la mayor parte del tiempo en el suelo o arrastrándose por las plantas.
Los investigadores encontraron los insectos mientras revisaban una gran colección de insectos antiguos archivados en el Instituto Paleontológico Borissiak, en Moscú. De las 425 criaturas fosilizadas, el equipo encontró seis del mismo tipo de insecto, cada uno con granos de polen adheridos al tórax, las piernas y el abdomen. Sugieren que más insectos en la colección probablemente eran portadores de polen, pero la evidencia se eliminó cuando se limpiaron los especímenes para su estudio.
El equipo encontró solo dos tipos de polen, lo que sugiere que los insectos pasaban la mayor parte del tiempo en uno o dos árboles o arbustos. Ambos tipos eran de un tipo de planta productora de semillas que no tenía flores, llamadas gimnospermas. El equipo reconoce que no es posible determinar a partir de los especímenes fósiles o el polen adherido a ellos si los insectos fueron realmente parte del proceso de polinización de las plantas; si no lo fueron, entonces probablemente fueron al menos precursores.
El equipo planea continuar el estudio de los especímenes para encontrar evidencia de un mecanismo de captura de polen, lo que mostraría que el seguimiento del polen fue intencional. También planean observar más de cerca el polen para ver si ha desarrollado estructuras que lo ayudaron a adherirse a los polinizadores que pasaban.
Fuente: Phys.org.