Un cuarteto de científicos del clima, dos de la Universidad de Gotemburgo, uno de la Universidad de Yale y uno de la Universidad de Cambridge, descubrió que educar a las personas sobre los beneficios de ser amigable con la Tierra puede no ser el mejor enfoque para mejorar los comportamientos amigables con la Tierra. En cambio, como explican Magnus Bergquista, Maximilian Thiel, Matthew Goldberg y Sander van der Linden en su artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, el mejor enfoque puede ser exponerlos a otras personas que se comportan mejor.
Durante las últimas décadas, los funcionarios locales y nacionales han estado escuchando a los científicos sobre los beneficios de ser amigable con la Tierra. Contaminar menos, reciclar y usar recursos como el agua de manera más inteligente beneficia a todos. Aún así, a pesar de mucho esfuerzo, el comportamiento menos que amigable con la Tierra sigue siendo rampante. La gente desperdicia el agua, tira la basura al suelo y se niega a separarla para reciclarla. En este nuevo esfuerzo, los investigadores sugieren un enfoque diferente: la presión de grupo.
Para obtener más información sobre el impacto de molestar a las personas con mensajes ecológicos, los investigadores recopilaron y analizaron información de 430 estudios realizados sobre el tema. Descubrieron que tales mensajes son ineficaces: los esfuerzos de investigación anteriores, en conjunto, mostraron que tales mensajes cambiaron el comportamiento en un promedio de solo un 3%. Por ejemplo, la exposición a mensajes de que un producto es más respetuoso con el medio ambiente da como resultado una diferencia de ventas de solo un 3%.
Los investigadores también encontraron que los incentivos financieros no eran mucho mejores: vieron diferencias de solo el 12%. Lo que motivó a las personas a cambiar, encontraron los investigadores, fue el comportamiento de otras personas a su alrededor. Si había basura en una ruta de senderismo, la gente se sentía libre de agregar más. Si una luz estaba encendida cuando entraron a un baño público, la dejaron encendida cuando se fueron. Pero si una ruta de senderismo estaba limpia, era menos probable que la gente tirara basura. Y si se apagaba un interruptor de luz al entrar a un baño público, era más probable que las personas lo apagaran cuando salieran. El equipo de investigación concluye que la manera de lograr que las personas cambien su comportamiento ambiental es haciéndoles creer que las personas que los rodean se están comportando de manera responsable, haciéndolos quedar mal si ellos mismos no se comportan mejor.
Fuente: Phys.org.