Cientos de aldeanos que viven a la sombra del volcán más mortífero del hemisferio occidental, el Nevado del Ruiz de Colombia, han estado nerviosos durante casi un mes desde que la montaña de 5300 metros de altura comenzó a arrojar columnas de ceniza y vapor a la atmósfera, lo que indica que una erupción podría ser inminente. Pero por ahora, aquellos que han optado por permanecer en sus hogares, en lugar de evacuar como aconsejaron las autoridades locales, solo pueden esperar y observar.
“Este es un volcán de alto riesgo y bien monitoreado, y en este momento, todos los ingredientes para una nueva erupción están ahí”, dijo Falk Amelung, profesor de geociencias marinas en la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas, Atmosféricas y de la Tierra de la Universidad de Miami.
“Un enjambre sísmico significativo ocurrió el 30 de marzo, y esta secuencia de terremotos [de baja magnitud] sugiere fuertemente que el magma está en movimiento”, continuó Amelung. “También sabemos por datos geodésicos que hubo una intrusión significativa de magma en la década anterior. Entonces, si el Servicio Geológico de Colombia dice que está sucediendo algo inusual, es una advertencia que debe tomarse en serio”.
Muchos residentes, sin embargo, se han negado a prestar atención a esas advertencias y se quedan, diciendo que su sustento depende de ello. Ubicado a unas 80 millas al noroeste de Bogotá, la capital de Colombia, el Nevado del Ruiz alberga tierras fértiles cultivadas por muchas familias.
Al igual que el Monte Santa Helena de Washington, también es un volcán cubierto de glaciares. “Incluso una erupción relativamente pequeña derretiría el glaciar”, señaló Amelung. “La ceniza volcánica combinada con el agua de deshielo formaría flujos de lodo conocidos como lahares que pueden viajar rápido y por varias millas”.
Eso fue precisamente lo que sucedió el 13 de noviembre de 1985, cuando entró en erupción el Nevado del Ruiz, inundando la ciudad de Armero con un río de lodo, rocas, lava y agua helada, y acabando con la vida de más de 23.000 habitantes en cuestión de minutos.
“Armero estaba en una zona de alto riesgo porque se construyó sobre depósitos de lahar de erupciones de siglos atrás”, dijo Amelung. “Esto era bien sabido y se pidió a la gente que evacuara. Desafortunadamente, los líderes locales no comunicaron esto adecuadamente a la población. La mayoría de las personas decidieron quedarse y luego murieron a causa del lahar que llegaba”.
Pero si bien las cenizas y el humo han seguido saliendo del Nevado del Ruiz en las últimas semanas, es imposible decir con certeza que el volcán entrará en erupción, según Amelung. “Este mayor período de actividad bien podría disminuir y no sucede nada”, dijo.
Debido al calentamiento global, los glaciares que cubren la cumbre del volcán son hoy mucho más pequeños que hace 38 años cuando ocurrió la tragedia en Armero.
“Lo que, irónicamente, es una buena noticia en términos de peligros de lahar porque hay menos hielo y nieve disponibles para derretirse”, explicó Amelung. “Pero también son malas noticias en términos de peligros de erupción porque hay menos presión de la sobrecarga para mantener el magma en profundidad”.
Proporcionado por la Universidad de Miami.
Fuente: Phys.org.
