Si tienes un gato, probablemente lo hayas visto empujar hacia adentro y hacia afuera con sus patas delanteras, alternando entre izquierda y derecha. Este comportamiento, conocido como amasar, a veces se denomina “hacer galletas”, por la forma en que se parece al acto de amasar, según el Broadway Pet Hospital en Oakland, California. Los gatos a menudo realizan este movimiento en una superficie blanda, como una manta, el regazo de una persona y otros animales, según la Asociación Estadounidense de Hospitales de Animales en Lakewood, Colorado.
Entonces, ¿por qué amasan los gatos? Aunque la razón es incierta, la explicación más probable es que es un comportamiento remanente de la infancia, dijo a Live Science Susan Hazel, profesora asociada de comportamiento animal, bienestar y ética en la Universidad de Adelaide en Australia. Durante la lactancia, un gatito pisa rítmicamente sus patas sobre el cuerpo de la madre para estimular el flujo de leche.
“El comportamiento de amasar es muy similar al que usan los gatitos cuando maman”, dijo Hazel. “El proceso de mamar, y también las feromonas que se liberan alrededor de las glándulas mamarias, probablemente lo conviertan en una actividad muy placentera”.
Los gatos pueden seguir amasándose hasta la edad adulta, “sobre todo cuando están en presencia de alguien con quien se sienten seguros, o cuando se suben a un cojín o manta especialmente mullido, porque asocian la conducta de pisar las patas con la comodidad que sentían cuando estaban pequeños”, dijo a Live Science Laura Watson, enfermera veterinaria registrada y asistente de bienestar de gatos en International Cat Care en Wiltshire, Inglaterra.
Apoyar esta explicación es la forma en que los gatos pueden babear cuando realizan este comportamiento, e incluso pueden succionar la superficie que están amasando, dijo Hazel.
Otra posible explicación para el amasado tiene que ver con las glándulas odoríferas en las almohadillas de las patas de los gatos. “Es posible que se pueda usar el amasado para depositar el olor”, dijo Hazel. De esta manera, los gatos pueden marcar territorio.
Aún así, “creo que hay una diferencia entre el comportamiento de amasar, visto cuando los gatos están relajados y en tu regazo, por ejemplo, y rascar objetos como un árbol, que es más probable que sea para depositar olor”, dijo Hazel.
Si al cuidador de un gato le resulta doloroso el amasar, “puede colocar una manta gruesa o un cojín en su regazo para que el gato se siente y amasar, lo que ayudará a protegerlo”, dijo Watson. “La manta o el cojín también se pueden dejar en el ambiente para que el gato los amase cuando el cuidador no esté presente, porque les olerá familiar y los ayudará a sentirse seguros”. Los cuidadores también pueden cortar las garras de sus gatos, anotó.
El cuidador de un gato también puede intentar entrenar a su felino para que no saque sus garras al amasar. “O dales refuerzos, comida o una palmadita, cuando amasan sin garras, o, si amasan con garras, puedes levantarte y moverte”, dijo Hazel.
Un gato nunca debe ser castigado por amasar, anotó Watson. “Es un comportamiento normal, y el castigo podría provocar una ruptura en el vínculo entre el cuidador y el gato, ya que el gato no entiende que le está causando dolor”, dijo.
Fuente: Live Science.