Un nuevo estudio identifica qué partes de nuestras vías respiratorias se obstruyen con microplásticos cuando inhalamos alrededor de 16,2 bits por hora. Eso es el valor de una tarjeta de crédito de microplásticos que ingresan a nuestro sistema respiratorio a la semana.
También estamos comiendo y bebiendo estas partículas de plástico, ya que los microplásticos ahora están en todas partes, incluso en nuestras venas. Están en nuestro té, agua y alimentos, además de aumentar en el aire. No podemos evitarlos y no entendemos el impacto en la salud.
“Por primera vez, en 2022, los estudios encontraron microplásticos en las profundidades de las vías respiratorias humanas, lo que plantea la preocupación de los graves peligros para la salud respiratoria”, dice el ingeniero de la Universidad de Tecnología de Sydney, Mohammad Islam, explicando la motivación de su estudio.
Islam y sus colegas de todo el mundo utilizaron un modelo de dinámica de fluidos computacional para explorar de forma segura cómo los microplásticos se mueven por nuestras vías respiratorias superiores en diferentes condiciones de respiración. Este tipo de modelo ha proporcionado predicciones efectivas para otras formas de partículas durante décadas.
Reveló que los microplásticos más grandes probados (5,56 micrones) tienden a atascarse en nuestras vías respiratorias superiores, muy probablemente en la cavidad nasal o en la parte posterior de la garganta. La forma del polvo de plástico también influye en el lugar donde se deposita.
“La forma anatómica complicada y altamente asimétrica de las vías respiratorias y el complejo comportamiento del flujo en la cavidad nasal y la orofaringe hacen que los microplásticos se desvíen de la línea de flujo y se depositen en esas áreas”, dice Islam.
“La velocidad del flujo, la inercia de las partículas y la anatomía asimétrica influyen en la deposición general y aumentan la concentración de la deposición en las cavidades nasales y el área de la orofaringe”.
Los investigadores informaron que una tasa de flujo de aire más rápida condujo a una menor cantidad de depósitos de microplásticos en general, independientemente de su forma. Islam y sus colegas planean modelar cómo estas partículas se mueven alrededor de nuestros pulmones a continuación.
“Se han encontrado millones de toneladas de estas partículas microplásticas en el agua, el aire y el suelo”, explica Islam.
“La producción mundial de microplásticos está aumentando y la densidad de microplásticos en el aire está aumentando significativamente”.
Estas diminutas partículas se desprenden de la degradación de todos los plásticos de los que nos hemos rodeado, desde los grandes procesos industriales hasta los artículos de consumo. Una de las fuentes más importantes de estas micropartículas es la industria de la moda, con su creciente producción de ropa sintética cada vez más barata. Si bien los microplásticos claramente no son tóxicos de inmediato, persisten las preocupaciones sobre los efectos a largo plazo de estos pequeños contaminantes, especialmente a medida que se acumulan dentro de nosotros.
Además, el plástico tiene la habilidad de atraer autoestopistas potencialmente dañinos, incluidas bacterias resistentes a los antibióticos, virus y moléculas tóxicas como los retardantes de fuego y los ftalatos. Por lo tanto, comprender dónde se adhieren exactamente estas partículas es un paso esencial para determinar qué están haciendo mientras están dentro de todos nosotros.
Esta investigación fue publicada en Physics of Fluids.
Fuente: Science Alert.