Según un nuevo estudio, más de la mitad de los dueños de perros en EE. UU. expresaron su preocupación por vacunar a sus mascotas. Investigadores de la Universidad de Boston interrogaron a más de 2200 personas y el 53% cuestionó la seguridad, eficacia y necesidad de vacunar a sus perros. Además, el 37% temía que las vacunas pudieran desencadenar el autismo, a pesar de que el riesgo de ello era literalmente nulo.
Las vacunas ayudan a enseñar al sistema inmunológico del perro cómo reconocer y combatir ciertos agentes que causan enfermedades. Actúan estimulando la producción de anticuerpos por parte del sistema inmunológico que identifican y destruyen estos agentes. El uso generalizado de vacunas durante el último siglo ha evitado la muerte y la enfermedad en millones de animales.
Estamos acostumbrados a escuchar sobre el escepticismo de la gente sobre las vacunas, especialmente después del Covid-19. Pero parece que esta retórica ahora se ha transmitido a los perros, a pesar de la falta de evidencia científica que respalde tales puntos de vista, tanto en humanos como en caninos.
En su nuevo estudio, los investigadores observaron la “vacilación ante las vacunas caninas” o CVH, un fenómeno que descubrieron que se está expandiendo rápidamente en todo Estados Unidos.
“La CVH es problemática no sólo porque puede inspirar el rechazo de la vacuna, lo que, a su vez, puede facilitar la propagación de enfermedades infecciosas tanto en poblaciones caninas como humanas, sino porque puede contribuir a los riesgos para la salud física y mental de los proveedores de atención veterinaria”, escribieron los investigadores en su estudio, publicado recientemente en la revista Vaccine.
Perros y vacunas
Según la Encuesta Nacional sobre Propiedad de Mascotas, hay alrededor de 65 millones de hogares en Estados Unidos que tienen un perro como mascota. La mayoría de los estados exigen legalmente que los perros sean vacunados contra la rabia durante su primer año de vida. Esto protege a los animales y a sus dueños. Otras enfermedades comunes incluyen el parvovirus y el moquillo, todas las cuales pueden ser fatales.
En el estudio participó un grupo representativo a nivel nacional de 2.200 adultos, de los cuales el 42% (924) tenían perros. Los investigadores descubrieron que la reticencia canina a vacunarse se está expandiendo rápidamente en Estados Unidos, un problema que va más allá de los perros. Quienes no vacunan a sus mascotas también tienen más probabilidades de aceptar información errónea y falsedades relacionadas con las vacunas humanas, mostró el estudio.
Las respuestas de los participantes en el estudio mostraron que el 56% rechazaba la vacunación obligatoria contra la rabia, una enfermedad mortal. Además, el 37% de los dueños de perros dijeron creer que las vacunas podrían provocar que sus mascotas desarrollen problemas cognitivos, como el autismo. Los estudios han demostrado que no existe ningún vínculo entre las vacunas y el autismo. Además, el autismo canino ni siquiera existe. El autor principal del estudio, Matthew Motta, dijo a Ars Technica que estaba muy sorprendido por los resultados.
“Nos sorprendió descubrir cuán frecuente es la vacilación canina hacia las vacunas y observar cuán poderosa puede ser la CVH para explicar por qué algunas personas podrían optar por no vacunar a sus mascotas”, dijo Motta en una entrevista.
Motta dijo que él y su equipo habían visto durante años evidencia anecdótica de que los estadounidenses se estaban volviendo reacios a vacunar a sus mascotas. Sin embargo, hasta el momento ningún estudio ha intentado cuantificar este fenómeno. Si estas actitudes persisten y dan como resultado que se vacunen menos mascotas, podría representar un importante problema de salud pública, argumentaron.
Fuente: ZME Science.