Esta especie de gecko recién descubierta estaba escondiéndose a plena vista por décadas

Biología

Un equipo internacional de investigadores ha descubierto una nueva especie de gecko (Uroplatus garamaso). Esta especie es una maestra del disfraz. Durante el día se parece a la corteza de un árbol y durante décadas se lo confundió con un gecko relacionado. Los investigadores lo encontraron por primera vez en Madagascar en el 2000, pero les llevó muchos años volver a visitar el área y comprender que se trataba de una especie diferente.

La nueva especie es un gecko de cola de hoja, animales generalmente descritos como maestros del camuflaje. Los geckos tienen un oído ancho y triangular y su nombre proviene de la similitud de su cola con la forma de una hoja. Su textura les ayuda a esconderse en su entorno, mezclándose con la corteza de los árboles y las hojas. Viven en bosques de tierras bajas donde su capacidad para esconderse es extremadamente útil.

“Los geckos de cola de hoja son animales asombrosos. Son muy extraños y tienen un aspecto completamente diferente al de otros reptiles. Empezamos a sospechar que este Uroplatus de Madagascar era una especie diferente hace más de veintitrés años”, Mark Scherz, autor del estudio y curador en el Museo de Historia Natural de Dinamarca, dijo en un comunicado de prensa.

Una larga búsqueda
Encontrar geckos ya es bastante difícil, pero distinguirlos de otras especies puede ser aún más desafiante. La nueva especie de gecko es muy similar a otra, Uroplatus henkeli. Hasta ahora, los investigadores no tenían idea de que eran especies diferentes. Sin embargo, pudieron detectar un rasgo que los diferencia: el color de la punta de la lengua. En la nueva especie es rosa, mientras que en el caso de su pariente es negro.

Con 20 centímetros de largo, Uroplatus garamaso también es un poco más pequeño que Uroplatus henkeli. También tiene una cola más estrecha, dijeron los investigadores. Pero todas estas diferencias son difíciles de observar, y no es la primera vez que los geckos escapan a la detección.

La nueva especie es la última de una serie de geckos Uroplatus encontrados en Madagascar en los últimos años. De hecho, es una pieza importante del rompecabezas que ayuda a los investigadores a comprender cómo surgieron y evolucionaron los gecos.

“Estamos cerca de completar el inventario taxonómico del género, pero esto es sólo el comienzo de nuestra comprensión de su evolución y ecología”, dijo Scherz. “El color de la boca, que tan útil ha sido para identificar diferentes especies, tiene una función completamente desconocida. Hay mucho que aún no sabemos sobre estos geckos”.

La nueva especie vive en un área más restringida que su pariente Uroplatus henkeli. Los investigadores lo encontraron en bosques húmedos y secos del norte de Madagascar, como en la región de Diana. Una sección de estos bosques está protegida por la ley local, como explicó Mongabay. Sin embargo, la tala y los incendios forestales representan un riesgo grave fuera de estas áreas y ya se considera una especie rara y se describe como en grave peligro de extinción.

Pidiendo ayuda
Los geckos están en un gran problema. Se comercializan para su uso en medicinas tradicionales chinas y se venden como mascotas, que se exportan principalmente a la Unión Europea y Estados Unidos. La gran mayoría de las especies comercializadas son capturadas en el medio silvestre, pero muchas están etiquetadas engañosamente como “criadas en cautiverio”. El comercio se concentra en gran medida en los países del Sudeste Asiático, como Indonesia y Tailandia.

La nueva especie de gecko. Créditos de las imágenes: Scherz et al.

Los investigadores recomendaron realizar más estudios de campo a largo plazo para poblaciones seleccionadas de geckos de cola de hoja, y agregaron que podrían ser necesarios programas de reproducción para preservar esta rara especie. Mientras tanto, creen que sería beneficioso si los aficionados a las mascotas pudieran seguir teniendo animales para aprender más sobre su forma de vida.

“Esto brindará a los aficionados a las mascotas privadas la oportunidad de contribuir a nuestra comprensión de la historia de vida y el comportamiento de estos fascinantes geckos”, dijo Scherz. “Es importante que sigan publicando sus experiencias con respecto al mantenimiento y cría de estos geckos. Además de posibles fallos, porque este tipo de datos serán cruciales”.

El estudio fue publicado en la revista Salamandra.

Fuente: ZME Science.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *