Un gran equipo de investigadores médicos afiliados a múltiples instituciones de EE. UU. informa que la alteración genética del genoma de los cerdos puede reducir la posibilidad de rechazo de sus órganos cuando se trasplantan a un primate. En su estudio, publicado en la revista Nature, el grupo alteró los genomas de varios cerdos en miniatura y trasplantó sus riñones a monos cynomolgus [nombre de laboratorio, ya que comúnmente se les conoce como macacos cangrejeros] para ver si podían reducir las posibilidades de rechazo. Muhammad Mohiuddin, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland, publicó un artículo de News & Views en el mismo número de la revista que describe el trabajo realizado por el equipo en este nuevo esfuerzo.
Uno de los principales medios para tratar a las personas con insuficiencia orgánica es el trasplante de un órgano de un donante humano. Lamentablemente, la demanda de esos órganos supera con creces la oferta. Por eso, los científicos han estado buscando alternativas, como cultivar nuevos órganos utilizando células madre, crear nuevos órganos utilizando materiales no biológicos o utilizar órganos animales.
Esta última opción se ha mostrado prometedora, pero el rechazo del órgano, en el que el sistema inmunológico del receptor ataca al órgano, sigue siendo un problema. En este nuevo esfuerzo, el equipo de investigación probó un nuevo enfoque: alterar el genoma del animal donante para que sea menos probable que sus órganos sean rechazados.
En su trabajo, los investigadores editaron 69 genes del cerdo. Tres estuvieron involucrados en la producción de moléculas relacionadas con el rechazo y 59 estaban relacionados con el ADN retroviral que quedó incrustado en el genoma del cerdo hace muchas generaciones. Los siete últimos implicaron agregar genes humanos que se sabe que promueven el crecimiento saludable de los órganos, como la prevención de la coagulación sanguínea inadecuada.
El equipo de investigación permitió que los cerdos crecieran hasta la madurez, luego recogieron riñones de 15 de ellos, que fueron colocados en macacos cynomolgus. Cada uno de los monos también recibió medicamentos inmunosupresores para prevenir el rechazo. Otros monos que no recibieron riñones editados vivieron menos de dos meses. De los monos que recibieron riñones de cerdos genéticamente alterados, nueve vivieron más de dos meses. Cinco de ellos vivieron más de un año y uno sobrevivió dos años. Las pruebas demostraron que los órganos trasplantados funcionaban tan bien como los órganos nativos.
Los investigadores sugieren que están en el camino correcto, pero se necesitan más pruebas. No obstante, el equipo confía en que su enfoque algún día conducirá a un método para trasplantar de forma segura órganos animales a humanos.
Fuente: Medical Xpress.