Un parásito de los gatos podría aumentar la fragilidad de los adultos mayores

Salud y medicina

Un infame parásito transportado principalmente por gatos, Toxoplasma gondii, podría ser responsable del aumento de la fragilidad en los adultos mayores, revela un nuevo estudio, y como se cree que entre el 11 y el 15% de las personas en EE. UU. han sido infectadas por él en algún momento, lo que es un hallazgo significativo. El descubrimiento, realizado por un equipo internacional de investigadores, se suma a lo que ya sabemos sobre T. gondii: que puede causar síntomas similares a los de la gripe en muchas personas y problemas más graves, como convulsiones, en personas con sistemas inmunitarios más débiles.

“A menudo pensamos que la infección por T. gondii es relativamente asintomática, pero este estudio destaca que para algunas personas puede tener importantes consecuencias para la salud en el futuro”, afirma el fisiólogo Christopher Lowry de la Universidad de Colorado en Boulder.

El ciclo de T. gondii. Mohyuddin et al., Journal of Gerontology: Medical Science, 2023.

El equipo de investigación sospecha que el parásito puede ser una de las causas de la “inflamación”, o inflamación persistente relacionada con la edad que contribuye a la fragilidad. Se analizaron análisis de sangre de 601 adultos españoles y portugueses mayores de 65 años para determinar medidas de fragilidad, incluida pérdida de peso involuntaria, cansancio y pérdida de agudeza mental. Si bien no se encontró una asociación entre las infecciones por T. gondii y la fragilidad, entre aquellos que habían sido infectados por T. gondii, las personas que producían una mayor cantidad de anticuerpos para combatirlo tenían más probabilidades de mostrar signos de fragilidad.

Para decirlo de otra manera, hay signos de una relación entre una reacción inmune más grave a este parásito y una mayor probabilidad de ser más frágil en la vejez. No es suficiente probar causa y efecto, pero parece que algo podría estar pasando.

En el frente inflamatorio, aquellos con una respuesta más fuerte a T. gondii (quizás a través de una infección más extendida o de infecciones múltiples) también tenían niveles más altos de ciertos biomarcadores de inflamación, lo que sugiere otro posible vínculo allí. Teniendo en cuenta que las tasas de infección por T. gondii aumentan a medida que las personas envejecen y que puede permanecer latente y sin ser detectada en el cuerpo humano durante varias décadas, los investigadores dicen que debemos ser aún más cuidadosos a la hora de evitar la infección.

Esto puede deberse a la exposición a los huevos de T. gondii (en la caja de arena de un gato, por ejemplo, o al agua contaminada) o al comer carne poco cocida que ha sido infectada por el parásito. Mantener a los gatos dentro de casa y evitar a los callejeros también puede ayudar.

De hecho, ya existen muchas razones para evitar T. gondii. La infección por el parásito se ha relacionado anteriormente con daños al músculo esquelético e incluso con esquizofrenia, debido a sus posibles efectos de alteración de la mente.

“Este artículo es importante porque proporciona, por primera vez, evidencia de la existencia de un vínculo entre la fragilidad en los adultos mayores y la intensidad de la respuesta a la infección por T. gondii“, dice la psicobióloga Blanca Laffon de la Universidad de La Coruña en España.

La investigación ha sido publicada en el Journal of Gerontology: Medical Science.

Fuente: Science Alert.

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