Científicos prueban prometedoras baterías de sal para almacenar calor

Tecnología

Las baterías de sal pueden almacenar el calor del verano para usarlo en invierno, pero ¿qué sal funciona mejor para ese propósito? El 19 de diciembre, Lian Blijlevens defenderá su tesis doctoral sobre su investigación sobre la sal para almacenamiento de calor en la Universidad de Radboud.

Aunque un número cada vez mayor de tejados cuentan con paneles solares, estos paneles sólo convierten la luz del sol en electricidad. Los propios paneles solares también se calientan con el sol, pero este calor ahora se está perdiendo. Blijlevens afirma: “El calor se puede extraer mediante una caldera solar y utilizarlo para calentar la casa o la ducha. Sin embargo, en verano siempre se genera más calor solar del que se utiliza y en invierno se tiene menos. Así que lo que necesitamos es una manera de para preservar ese calor”.

Bateria de sal
Sin embargo, almacenar el calor del verano para usarlo en invierno es un desafío. Y la solución podría adoptar una forma inesperada: la sal. No la sal que espolvoreas sobre el huevo, sino otro tipo de sal, como el cloruro de estroncio.

“Una batería de sal contiene hidratos de sal, que son sales con agua en los cristales. La batería se recarga calentando la sal, lo que hace que el agua salga de los cristales. Cuando necesitas calor, agregas vapor de agua a los cristales y el calor se libera de nuevo”, afirma Blijlevens. Esto ya se sabía, pero lo que aún no se sabía es qué sales son realmente aptas para su uso en el hogar.

Blijlevens y sus colegas de la Universidad Tecnológica de Eindhoven evaluaron la disponibilidad, seguridad y compacidad de cientos de sales. La docena de sales que pasaron la evaluación inicial fueron luego probadas en el laboratorio para determinar su reciclabilidad. Blijlevens afirma: “No conviene sustituir la sal todos los años”.

Básculas calentadas
Blijlevens probó las sales mediante análisis térmico: la sal se colocó en una balanza calentada y se aumentó la temperatura. “Se puede ver el cambio en el peso de la sal, lo que muestra que el agua se está evaporando. Si luego se agrega nuevamente vapor de agua a una temperatura más baja, se puede ver cuánta agua se está absorbiendo”.

El cloruro de estroncio resultó ser un candidato prometedor a este respecto: no es demasiado caro, se calienta bien y permanece estable sin efectos secundarios. “El carbonato de potasio, que también se utiliza en las baterías de sal, es más barato, pero esa sal también reacciona con el CO2. Esto hace que la batería sea menos eficaz a largo plazo”, afirma Blijlevens. La búsqueda de la mejor sal continúa.

Pero el futuro parece prometedor para las baterías de sal, cree Blijlevens. “Si quieres calentar una casa de esta manera, necesitas unos 10 m3 de material, lo que corresponde a dos o tres armarios. Ya no necesitas gas natural y puedes utilizar en invierno el calor que almacenas en verano. Es una gran solución a un problema importante”.

Fuente: Tech Xplore.

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