El cáncer colorrectal afecta con mayor frecuencia a personas mayores de 50 años, pero está aumentando entre las personas más jóvenes, a quienes rara vez se les ofrecen pruebas de detección para detectar estos cánceres en sus etapas iniciales. Ahora, un nuevo estudio sugiere que los microbios encontrados en los tumores de pacientes con cáncer más jóvenes y mayores difieren, y esto podría ofrecer potencialmente nuevos medios para el diagnóstico temprano.
En una nueva investigación, publicada el 1 de febrero en la revista eBioMedicine, los científicos investigaron el microbioma intestinal (la comunidad de microbios que pueblan el tracto digestivo inferior) en pacientes con cáncer de dos grupos de edad. Incluyeron a 136 personas menores de 50 años con una edad promedio de 43 y 140 personas mayores de 50 años con una edad promedio de 73. Los investigadores encontraron que distintos conjuntos de bacterias estaban presentes en los tumores de personas mayores y más jóvenes con cáncer colorrectal. El cáncer colorrectal suele ser hereditario, aunque no siempre.
“Sabemos que muchos de estos cánceres de aparición temprana no están directamente relacionados con un factor genético”, dijo Laura Valle, investigadora del cáncer en el Instituto Catalán de Oncología, IDIBELL en España, que no participó en el nuevo estudio. Los factores ambientales, como el consumo de alcohol y las dietas ricas en grasas y bajas en fibra, también están asociados con este cáncer, mientras que las personas que consumen alimentos ricos en fibra parecen tener menos probabilidades de desarrollarlo. Se sabe que los alimentos y bebidas que consumen las personas afectan las bacterias intestinales, lo que sugiere un vínculo entre estos factores.
“Siempre hemos planteado la hipótesis de que los cánceres colorrectales de aparición temprana tendrán algo que ver con el microbioma”, dijo Valle a Live Science.
Para descubrir qué bacterias intestinales prosperan dentro de los tumores de personas mayores y más jóvenes, los investigadores observaron retrospectivamente muestras de tejido tomadas de pacientes con cáncer, tomando muestras del microbioma directamente de los tumores y del tejido no canceroso cercano. En ambos grupos de edad, los tumores albergaban una variedad menor de especies bacterianas que el tejido circundante, y esta pérdida de diversidad fue más dramática en el grupo de mayor edad. Esto sugiere que sólo una porción de las bacterias intestinales puede sobrevivir en un tumor, un ambiente con poco oxígeno que a menudo es inflamado por el sistema inmunológico.
Sin embargo, aún no está claro qué hacen las bacterias dentro de los tumores o por qué ciertas especies prosperan allí. “Esto es exactamente lo que hay que descubrir mediante estudios mecanicistas”, dijo el autor principal del estudio, Naseer Sangwan, microbiólogo del Instituto de Investigación Lerner de la Clínica Cleveland.
Más allá de observar los cambios generales en la diversidad microbiana, Sangwan y sus colegas encontraron ciertas especies que se encontraban con mayor frecuencia en tumores de un grupo de edad que en el otro. También descubrieron que diferentes tipos de tumores colorrectales, como los carcinomas de colon y los tumores rectales, albergaban distintas especies bacterianas. Ni Sangwan ni Valle quisieron especular sobre cómo una especie determinada podría afectar el crecimiento o la propagación de un tumor.
“Por lo general, no se trata de una sola bacteria”, dijo Valle. La comunidad de bacterias en un tumor determinado debe considerarse como un todo, no como partes individuales. En otras palabras, los microbios interactúan de maneras complejas y colectivamente podrían influir en el comportamiento de un tumor.
En este punto, el estudio ha revelado una correlación entre ciertos microbios intestinales y el cáncer colorrectal. Aunque esto no prueba que estas bacterias causen cáncer colorrectal, existe la posibilidad de un vínculo causal. Una hipótesis es que la presencia de determinadas especies bacterianas o una combinación de especies podría prevenir o promover el cáncer.
Por ejemplo, un amplio grupo de bacterias llamado Akkermansia, que se encontraban con mayor frecuencia en el grupo más joven, estaban presentes predominantemente en tumores pequeños. Esto llevó a los científicos a especular si estos microbios podrían limitar de alguna manera el crecimiento del tumor. De hecho, un estudio con ratones reveló que el tratamiento con probióticos, que implicaba consumir cultivos vivos de Akkermansia, podría obstaculizar el crecimiento del tumor.
Estos hallazgos llevan a algunos científicos a preguntarse si los probióticos podrían controlar o limitar el cáncer colorrectal en pacientes humanos. Valle dijo que es escéptica y citó evidencia de que los tratamientos diseñados para alterar el microbioma intestinal no necesariamente tienen efectos duraderos.
Sangwan, por otro lado, está entusiasmado con las perspectivas de aprovechar el microbioma para el diagnóstico temprano del cáncer. El objetivo final es “predecir con precisión la aparición de cáncer en los jóvenes”, afirmó.
El diagnóstico temprano del cáncer colorrectal no suele ser una opción en personas menores de 45 años, que aún no se han sometido a su primera colonoscopia. “Si tienes síntomas de un cáncer de colon, generalmente significa que está bastante avanzado”, anotó Valle. Sin embargo, reducir la edad de detección podría no ser la mejor solución.
“Es invasivo y tiene un porcentaje de efectos adversos”, como pinchazos en el colon, afirmó. Pero si sabemos qué bacterias se pueden encontrar en los tumores, podría ser posible detectar los microbios en muestras de heces de gente joven, sugirió, reduciendo así quiénes deberían ser examinados para detectar signos de cáncer.
El estudio tuvo un número reducido de participantes, por lo que requiere validación en un grupo más grande, afirmó Valle. Además, muchos grupos étnicos faltaron en el estudio, como los de origen negro, asiático, hispano, nativo americano y de las islas del Pacífico, por lo que los científicos no están seguros de que estos resultados sean similares en pacientes de estos grupos.
“Haremos un seguimiento de esto utilizando cohortes más grandes de personas y etnias diversas”, dijo Sangwan.
Fuente: Live Science.