Las personas con rasgos similares al TDAH pueden tener una ventaja evolutiva a la hora de encontrar comida en la naturaleza. En un nuevo experimento, los investigadores descubrieron que los individuos con cualidades distintivas del trastorno por déficit de atención con hiperactividad, como dificultad para regular dónde centran su atención e inquietud, tienen mejores estrategias de búsqueda de comida que aquellos con rasgos más neurotípicos.
Los hallazgos han llevado a los investigadores a especular que el TDAH evolucionó como una estrategia de supervivencia adaptativa, que dificulta la explotación de recursos en el mismo lugar y, en cambio, favorece la exploración de nuevos lugares. Esto posiblemente podría explicar por qué el TDAH es tan frecuente en la población humana actual y afecta a cientos de millones en todo el mundo.
“Si [estos rasgos] fueran realmente negativos, entonces se podría pensar que, a lo largo del tiempo evolutivo, serían seleccionados en su contra”, dijo el neurocientífico David Barack de la Universidad de Pensilvania a Nicola Davis en The Guardian.
“Nuestros hallazgos son un dato inicial que sugiere ventajas en ciertos contextos de elección”.
El experimento de Barack y su equipo incluyó a 457 participantes, a quienes se les asignó la tarea de recoger tantas bayas como pudieran de arbustos virtuales en una pantalla de computadora en un período de tiempo limitado. Cada vez que un participante hacía clic en un parche de bayas, agotaba el arbusto virtual. Luego, los individuos tenían que tomar una decisión: permanecer en la misma parcela y recolectar menos bayas, o dedicar un tiempo precioso a viajar a una nueva parcela.
En algunos casos, viajar a un nuevo parche de bayas en la pantalla tomó solo un segundo. En otros casos, tomó 5 segundos.
Aquellos que dieron negativo en la prueba de TDAH tendieron a permanecer demasiado tiempo en un arbusto de bayas para lograr una búsqueda de alimento óptima. Mientras que aquellos con rasgos similares al TDAH tenían más probabilidades de abandonar un parche antes y menos probabilidades de explotar cualquier arbusto de bayas. También recolectaron más bayas al final del experimento.
Los hallazgos están respaldados por estudios previos, que sugieren que los estilos de vida nómadas están relacionados con mutaciones genéticas implicadas en el TDAH. Sin embargo, fuera de una sociedad recolectora, es posible que los rasgos del TDAH no siempre resulten tan beneficiosos.
Las decisiones modernas a menudo se toman en contextos donde los recursos son abundantes, constantemente disponibles e inagotables. El comportamiento constante de búsqueda de recompensas, impulsado por la disfunción de las vías de dopamina en los centros de recompensa del cerebro, puede hacer que las personas con TDAH pasen constantemente de una tarea a otra sin completar ninguna.
La idea de que los rasgos similares al TDAH sean adaptativos en algunos entornos sigue siendo altamente especulativa y debe ser explorada más a fondo en futuras investigaciones. Las puntuaciones de las pruebas de TDAH utilizadas en la investigación actual, por ejemplo, no necesariamente indican un diagnóstico adecuado.
Aun así, esta no es la primera vez que los científicos intentan explicar por qué los rasgos del TDAH están tan extendidos en la población humana. Tampoco es la primera vez que se utilizan las ventajas de la búsqueda de alimento para explicar la prevalencia global del trastorno. Estudios anteriores han encontrado que los patrones de búsqueda tienden a ser más largos y tortuosos para las personas con TDAH. Esto puede contribuir a mayores niveles de creatividad.
Y algunas investigaciones con ratas sugieren que la simulación de partes del cerebro de los mamíferos (asociadas con una mayor actividad en aquellos con TDAH) provocó que los roedores abandonaran antes las áreas de alimentación. Estos hallazgos en conjunto sugieren que ciertos circuitos neuronales de alguna manera sintonizan el cerebro para tomar decisiones de “explorar versus explotar”.
Cuando se trata de afrontar la vida moderna, el TDAH puede plantear un problema grave. Los nuevos hallazgos, sin embargo, sugieren que esos aspectos negativos pueden ser en gran medida circunstanciales. Las diferentes formas en que los humanos piensan y abordan el mundo podrían ser la razón misma de nuestro gran éxito como especie.
El estudio fue publicado en Proceedings of the Royal Society B.
Fuente: Science Alert.
