Un grupo de débiles puntos rojos que acechan en los confines más lejanos del universo podría cambiar nuestra comprensión de cómo se forman los agujeros negros supermasivos (SMBH). El Telescopio Espacial James Webb (JWST) detectó casualmente las motas, que según los astrónomos son en realidad “bebés quásares”, mientras estudiaba un quásar lejano no relacionado llamado J1148+5251.
Los cuásares son objetos extremadamente brillantes que se alimentan activamente de agujeros negros supermasivos en los centros de las galaxias. El quásar objetivo emitió su luz hace aproximadamente 13 mil millones de años, menos de mil millones de años después del Big Bang, según un estudio publicado el jueves 7 de marzo en The Astrophysical Journal. Si bien estas misteriosas manchas habían sido registradas previamente por el Telescopio Espacial Hubble, no fue hasta que los científicos las observaron usando el JWST, mucho más poderoso, que finalmente pudieron distinguirlas de las galaxias normales, según un comunicado.
“El JWST nos ayudó a determinar que los pequeños puntos rojos débiles… son versiones pequeñas de agujeros negros extremadamente masivos”, dijo en el comunicado el autor principal del estudio, Jorryt Matthee, profesor asistente de astrofísica en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria. “Estos objetos especiales podrían cambiar la forma en que pensamos sobre la génesis de los agujeros negros”.
Para analizar estos pequeños puntos, que están teñidos de rojo por nubes de polvo que oscurecen su luz, se requirió la poderosa cámara infrarroja del JWST. Al estudiar las diferentes longitudes de onda de la luz emitida por los puntos, los investigadores determinaron que cada uno parecía ser una “nube de gas muy pequeña que se mueve extremadamente rápido y orbita algo muy masivo como un SMBH”, dijo Matthee. En otras palabras, un cuásar joven.
Los puntos no parecen fuera de lugar en el universo temprano, pero pueden estar creciendo hasta convertirse en “cuásares problemáticos”: agujeros negros ultramonstruosos que parecen demasiado masivos para existir en épocas tan tempranas del universo, dijeron los investigadores. Los astrónomos que utilizan el JWST ya han descubierto muchos de estos problemáticos agujeros negros y luchan por explicarlos con las teorías cosmológicas actuales.
“Si consideramos que los quásares se originan a partir de explosiones de estrellas masivas y que conocemos su tasa máxima de crecimiento a partir de las leyes generales de la física, parece que algunos de ellos han crecido más rápido de lo posible”, dijo Matthee. “Es como mirar a un niño de cinco años que mide dos metros de altura. Algo no cuadra”.
Los investigadores esperan que un estudio más profundo de estos “bebés quásares” recién descubiertos pueda ayudar a revelar cómo estos problemáticos agujeros negros crecen tanto y tan rápido.
“Estudiar con más detalle las versiones infantiles de los SMBH excesivamente masivos nos permitirá comprender mejor cómo llegan a existir los cuásares problemáticos”, dijo Matthee.
Fuente: Live Science.