No dormir lo suficiente es una aflicción común en la era moderna. Si no siempre duerme tantas horas como le gustaría, tal vez le preocupó la noticia de un estudio reciente que encontró que las personas que duermen menos de seis horas por noche tienen un mayor riesgo de diabetes tipo 2.
Entonces, ¿qué podemos hacer con estos hallazgos? Resulta que la relación entre el sueño y la diabetes es compleja.
El estudio
Los investigadores analizaron datos del Biobanco del Reino Unido, una gran base de datos biomédica que sirve como recurso global para la investigación médica y de salud. Analizaron información de 247.867 adultos y siguieron sus resultados de salud durante más de una década. Los investigadores querían comprender las asociaciones entre la duración del sueño y la diabetes tipo 2, y si una dieta saludable reducía los efectos de dormir poco sobre el riesgo de diabetes.
Como parte de su participación en el Biobanco del Reino Unido, se preguntó a los participantes aproximadamente cuánto duermen en 24 horas. De siete a ocho horas era el sueño promedio y se consideraba normal. La duración corta del sueño se dividió en tres categorías: leve (seis horas), moderada (cinco horas) y extrema (tres a cuatro horas). Los investigadores analizaron datos del sueño junto con información sobre la dieta de las personas.
Alrededor del 3,2% de los participantes fueron diagnosticados con diabetes tipo 2 durante el período de seguimiento. Aunque los hábitos alimentarios saludables se asociaron con un menor riesgo general de diabetes, cuando las personas comían de forma saludable pero dormían menos de seis horas al día, su riesgo de diabetes tipo 2 aumentaba en comparación con las personas en la categoría de sueño normal. Los investigadores encontraron que una duración del sueño de cinco horas estaba relacionada con un riesgo 16% mayor de desarrollar diabetes tipo 2, mientras que el riesgo para las personas que dormían de tres a cuatro horas era un 41% mayor, en comparación con las personas que dormían de siete a ocho horas.
Una limitación es que el estudio definió una dieta saludable basada en la cantidad de porciones de frutas, verduras, carnes rojas y pescado que una persona consumía durante un día o una semana. Al hacerlo, no consideró cómo los patrones dietéticos como la alimentación con horario restringido o la dieta mediterránea pueden modificar el riesgo de diabetes entre quienes dormían menos.
Además, la información sobre la cantidad de sueño y la dieta de los participantes solo se capturó en el momento del reclutamiento y puede haber cambiado a lo largo del estudio. Los autores reconocen estas limitaciones.
¿Por qué dormir poco podría aumentar el riesgo de diabetes?
En las personas con diabetes tipo 2, el cuerpo se vuelve resistente a los efectos de una hormona llamada insulina y poco a poco pierde la capacidad de producir una cantidad suficiente en el páncreas. La insulina es importante porque regula la glucosa (azúcar) en la sangre que proviene de los alimentos que comemos, ayudando a trasladarla a las células de todo el cuerpo.
No conocemos las razones precisas por las que las personas que duermen menos pueden tener un mayor riesgo de diabetes tipo 2. Pero investigaciones anteriores han demostrado que las personas privadas de sueño a menudo tienen un aumento de los marcadores inflamatorios y de los ácidos grasos libres en la sangre, lo que afecta la sensibilidad a la insulina y conduce a la resistencia a la insulina. Esto significa que el cuerpo tiene dificultades para utilizar la insulina adecuadamente para regular los niveles de glucosa en sangre y, por lo tanto, aumenta el riesgo de diabetes tipo 2. Además, las personas que no duermen lo suficiente, así como las personas que duermen con patrones irregulares (como los trabajadores por turnos), experimentan alteraciones en el ritmo natural de su cuerpo, conocido como ritmo circadiano.
Esto puede interferir con la liberación de hormonas como el cortisol, el glucagón y la hormona del crecimiento. Estas hormonas se liberan a lo largo del día para satisfacer las cambiantes necesidades energéticas del cuerpo y normalmente mantienen los niveles de glucosa en sangre bien equilibrados. Si están comprometidos, esto puede reducir la capacidad del cuerpo para manejar la glucosa a medida que avanza el día.
Estos factores, y otros, pueden contribuir al mayor riesgo de diabetes tipo 2 observado entre las personas que duermen menos de seis horas. Si bien este estudio se centró principalmente en personas que duermen ocho horas o menos, es posible que quienes duermen más tiempo también enfrenten un mayor riesgo de diabetes tipo 2.
Las investigaciones han demostrado previamente una correlación en forma de U entre la duración del sueño y el riesgo de diabetes tipo 2. Una revisión de múltiples estudios encontró que dormir entre siete y ocho horas diarias se asociaba con el riesgo más bajo. Cuando las personas dormían menos de siete horas o más de ocho horas, el riesgo comenzaba a aumentar.
La razón por la que dormir más se asocia con un mayor riesgo de diabetes tipo 2 puede estar relacionada con el aumento de peso, que también se correlaciona con un sueño más prolongado. Asimismo, las personas que no duermen lo suficiente tienen más probabilidades de tener sobrepeso u obesidad.
Buen sueño, dieta saludable
Dormir lo suficiente es una parte importante de un estilo de vida saludable y puede reducir el riesgo de diabetes tipo 2. Según este estudio y otras pruebas, parece que cuando se trata de riesgo de diabetes, dormir entre siete y ocho horas puede ser el punto ideal. Sin embargo, otros factores podrían influir en la relación entre la duración del sueño y el riesgo de diabetes, como las diferencias individuales en la calidad del sueño y el estilo de vida.
Si bien los hallazgos de este estudio cuestionan si una dieta saludable puede mitigar los efectos de la falta de sueño sobre el riesgo de diabetes, una amplia gama de evidencia apunta a los beneficios de una alimentación saludable para la salud en general. Los autores del estudio reconocen que no siempre es posible dormir lo suficiente y sugieren que hacer ejercicio en intervalos de alta intensidad durante el día puede compensar algunos de los efectos potenciales de dormir poco sobre el riesgo de diabetes. De hecho, el ejercicio a cualquier intensidad puede mejorar los niveles de glucosa en sangre.
Fuente: Science Alert.