La NASA ha descubierto una maravilla geológica en Ío, la ardiente luna de Júpiter, el mundo con mayor actividad volcánica del sistema solar. Los sobrevuelos de la nave espacial Juno revelaron montañas inusualmente empinadas y previamente desconocidas, así como impresionantes islas en un lago de lava. Utilizando datos de Juno, los investigadores crearon animaciones vívidas que muestran estos lagos volcánicos y montañas imponentes: un paisaje violento pero inquietantemente hermoso.
“Ío simplemente está plagado de volcanes y hemos cogido algunos de ellos en acción”, dijo Scott Bolton, investigador principal de Juno.
“También obtuvimos excelentes primeros planos y otros datos sobre un lago de lava de 200 kilómetros de largo llamado Loki Patera. Hay detalles asombrosos que muestran estas islas locas incrustadas en medio de un lago potencialmente de magma bordeado de lava caliente. El reflejo especular que nuestros instrumentos registraron del lago sugiere que partes de la superficie de Ío son tan lisas como el vidrio, que recuerda al vidrio de obsidiana creado volcánicamente en la Tierra”.
Navegando por la tormentosa atmósfera de Júpiter
Juno ha estado recopilando datos sobre Júpiter, sus anillos y sus lunas (conocidos colectivamente como el sistema joviano) desde mediados de 2016, cuando llegó a esta distante vecindad cósmica después de un viaje de cinco años. Desde que transmitió sus primeros datos, Juno ha brindado a la ciencia una revelación tras otra sobre el funcionamiento interno del planeta más grande del sistema solar y sus satélites.
Por ejemplo, Juno ha ofrecido vislumbres sin precedentes de la atmósfera de Júpiter, incluido el descubrimiento de ciclones masivos en ambos polos y conocimientos sobre la estructura interna profunda del planeta. En particular, Juno también ha ofrecido imágenes increíblemente detalladas de las nubes de Júpiter, mostrando sus intrincados patrones y colores vibrantes.
Cada vez que Juno sobrevuela, la nave espacial vuela cada vez más cerca del polo norte del gigante gaseoso. Con cada pasada, el instrumento radiómetro de microondas (MWR) de la nave espacial puede estudiar los ciclos polares del norte con mejor resolución.
“Quizás el ejemplo más sorprendente de esta disparidad se pueda encontrar en el ciclón central en el polo norte de Júpiter”, dijo Steve Levin, científico del proyecto Juno en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en el sur de California.
“Es claramente visible tanto en imágenes infrarrojas como en luz visible, pero su firma de microondas no es tan fuerte como la de otras tormentas cercanas. Esto nos dice que su estructura subterránea debe ser muy diferente a la de estos otros ciclones. El equipo del MWR continúa recopilando más y mejores datos de microondas en cada órbita, por lo que anticipamos desarrollar un mapa 3D más detallado de estas intrigantes tormentas polares”.
El misterio del agua de Júpiter
Otro aspecto importante de la misión de Juno es su investigación sobre la abundancia de agua en Júpiter. Comprender la distribución del agua, o más específicamente, la distribución del hidrógeno y el oxígeno, es crucial para reconstruir la narrativa de los orígenes de nuestro sistema solar.
Júpiter fue probablemente el primer planeta que se formó en el sistema solar a partir de todo el gas y polvo que no fue incorporado por el Sol. Mediciones recientes indican que el contenido de agua cerca del ecuador de Júpiter es varias veces mayor que las estimaciones iniciales, desafiando modelos anteriores basados en datos de la sonda Galileo de 1995.
Los hallazgos refuerzan la idea de que los materiales de hielo de agua podrían haber contribuido al enriquecimiento de Júpiter con elementos pesados (elementos químicos más pesados que el hidrógeno y el helio) durante su formación o evolución. Sin embargo, las observaciones de Juno son esclarecedoras y desconcertantes al mismo tiempo. Los datos de la nave espacial también apuntan a un contenido de agua inesperadamente bajo en el núcleo de Júpiter y, como tal, la formación del gigante gaseoso aún elude a los científicos.
A medida que continúa la misión de Juno, más datos podrían aclarar las diferencias en la abundancia de agua entre las regiones polares y ecuatoriales de Júpiter y proporcionar una visión más profunda del enigmático y difuso núcleo del planeta. El próximo sobrevuelo significativo de Juno está previsto para el 12 de mayo y la comunidad científica observa con impaciencia. Cada paso no solo aporta una mejor comprensión de la dinámica y composición atmosférica de Júpiter, sino que también nos acerca a responder preguntas fundamentales sobre la formación de nuestro sistema solar.
Fuente: ZME Science.