Los gatos salvajes mataban y comían cocodrilos bebés en Cuba, sugiere nueva evidencia. Esto es preocupante porque el cocodrilo cubano (Crocodylus rhombifer) es una especie en peligro crítico de extinción que vive sólo en los pantanos de Zapata y Lanier en Cuba. Varias características distinguen al cocodrilo cubano de otras especies de cocodrilos del Nuevo Mundo, incluidas las crestas óseas detrás de los ojos, un temperamento inusualmente curioso y agresivo y la capacidad de saltar alto fuera del agua, según George Amato, director emérito del Instituto de Genómica Comparada del Museo Americano de Historia Natural y experto en cocodrilos cubanos.
El cocodrilo cubano representa “un linaje evolutivo muy antiguo” y juega un papel importante en su ecosistema nativo, dijo Amato a Live Science. Ha estado trabajando con la especie desde la década de 1990.
Se estima que sólo quedan unos 3.000 cocodrilos cubanos en estado salvaje, por lo que los humanos están tratando de aumentar la población. Cada año, la Granja de Crianza de Cocodrilos del Pantano de Zapata, la operación de cría de cocodrilos cubana más grande del mundo, libera unos 500 cocodrilos cubanos en el pantano, con la esperanza de que florezcan y se reproduzcan, dijo Etiam Pérez-Fleitas, biólogo afiliado a la granja, a Live Science en un correo electrónico.
De octubre a noviembre de 2022, la granja, que según Pérez-Fleitas gestiona hoy alrededor de 4.500 cocodrilos cubanos, sufrió una serie de ataques depredadores que mataron a 145 cocodrilos de 4 meses, según un artículo publicado en línea el 19 de abril en la revista Herpetology Notes. En el artículo, los coautores Pérez-Fleitas y Gustavo Sosa-Rodríguez describieron evidencia de que los gatos salvajes fueron responsables de los ataques.
“Diría que esta es la primera vez que tengo conocimiento de que existe una sugerencia de que los gatos salvajes podrían ser un problema para los cocodrilos”, dijo Amato, que no participó en la nueva investigación.
Las pistas de que los gatos fueron los responsables incluyen marcas sospechosas y pelo recuperado en los alrededores. Las cámaras trampa también registraron al menos un gato entrando en los corrales de cocodrilos. Y en una ocasión, el personal de la granja vio a varios gatos alimentándose de algo cercano. Cuando fueron a investigar, encontraron “fragmentos de cocodrilos”, según el artículo. Es más, los ataques cesaron un mes después de que siete gatos salvajes fueran capturados y retirados de la zona.
“No obtuvimos evidencia de otros depredadores presentes en estos recintos”, dijo Pérez-Fleitas.
Tanto Amato como Pérez-Fleitas dijeron a Live Science que no creen que los gatos salvajes representen una amenaza existencial para el cocodrilo cubano, y Amato citó las condiciones artificiales bajo las cuales ocurrieron los ataques. Después de todo, señaló, los cocodrilos jóvenes no se encuentran encerrados en grandes cantidades en áreas cerradas en la naturaleza, como ocurre en las granjas. En cambio, dijo Amato, los hallazgos subrayan que los gatos que deambulan libremente pueden causar estragos en los entornos en los que se introducen.
“Los gatos salvajes claramente tienen un impacto significativo en las poblaciones silvestres, más de lo que creo que la gente pensaba”, dijo Amato. “Y no se trata sólo de gatos salvajes. Son gatos domésticos que, ya sabes, también están afuera”.
Clasificado en el puesto 38 en una lista de 100 de las “peores especies exóticas invasoras del mundo”, se estima que los gatos callejeros matan anualmente miles de millones de aves y mamíferos en los Estados Unidos y han estado implicados en una serie de extinciones en todo el mundo. En respuesta al daño resultante a los ecosistemas nativos, algunas organizaciones y gobiernos han adoptado medidas de mitigación controvertidas, que incluyen trampas, disparos y envenenamiento.
A la luz de los ataques, Pérez-Fleitas dijo que él y sus colegas están “monitoreando áreas donde existen poblaciones de cocodrilos cubanos para estimar el tamaño de la población de gatos salvajes, si es que existen en esos lugares”.
Si las poblaciones son lo suficientemente pequeñas, esterilizar a los gatos machos puede ser suficiente para proteger a los cocodrilos, dijo Pérez-Fleitas.
Sin embargo, “en lugares donde las poblaciones eran abundantes”, añadió, “lamentablemente nuestra recomendación será utilizar métodos letales para reducir su tamaño efectivo y luego esterilizarlos”.
Fuente: Live Science.