Mucha gente asocia el envejecimiento con una disminución de la función cognitiva, problemas de salud y reducción de la actividad. Descubrir procesos mentales que puedan potenciar el bienestar de las personas mayores podría resultar muy beneficioso, ya que podría ayudar a idear actividades más efectivas destinadas a mejorar su calidad de vida.
Investigadores de la Universidad de Brescia y de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán, ambas en Italia, llevaron a cabo recientemente un estudio que investiga la contribución de la creatividad y el humor al bienestar de las personas mayores. Sus hallazgos, publicados en Neuroscience Letters, muestran que estas dos experiencias humanas distintas comparten procesos psicológicos y neurobiológicos comunes que promueven el bienestar en los adultos mayores.
“Nuestro reciente estudio pertenece a una línea de investigación destinada a investigar los recursos cognitivos que todavía están disponibles para las personas mayores y comprender cómo dichos recursos pueden apoyar el bienestar”, dijo a Medical Xpress Alessandro Antonietti, coautor del artículo.
“Una idea muy extendida es que el envejecimiento implica una disminución de la eficiencia intelectual. Esto es cierto sólo en algunos aspectos del funcionamiento cognitivo, pero no en la creatividad y el humor”.
Estudios anteriores que exploraban los fundamentos neuronales de la creatividad y el humor pedían a las personas que completaran tareas relacionadas con estos procesos, mientras monitoreaban su actividad cerebral. Esto podría implicar, por ejemplo, completar tareas diseñadas para evaluar el pensamiento creativo y completar cuestionarios que pidan a los participantes del estudio que compartan experiencias personales divertidas o chistes.
“Una vez que se establece una relación entre los dos dominios (creatividad y humor), estamos ante una cuestión de hecho, pero no sabemos por qué están relacionados”, explicó Antonietti.
“En nuestro artículo intentamos proponer algunas conjeturas, respaldadas por teorías existentes, sobre las razones de la asociación empíricamente sustentada entre creatividad y humor. La afirmación general era que tanto la creatividad como el humor implican formas de pensar que llevan a las personas a salir de su punto de vista habitual, de modo que se adopte una nueva perspectiva y surjan nuevos significados”.
La capacidad de adaptar la propia mirada y ver el mundo o los acontecimientos desde una perspectiva diferente puede vincularse tanto con los procesos creativos como con el humor. Esta flexibilidad mental puede ayudar a las personas mayores a afrontar las dificultades y los cambios biológicos, permitiéndoles adaptar sus comportamientos en función de las limitaciones que puedan enfrentar, reconociendo tanto los desafíos como las oportunidades del envejecimiento.
“Hemos demostrado que el pensamiento divergente, es decir, la forma de pensamiento que permite a los individuos explorar nuevas posibilidades y no replicar mecánicamente respuestas comunes, todavía está presente en las personas mayores y puede utilizarse para gestionar los problemas de la vida cotidiana, así como los desafíos existenciales asociados con el envejecimiento”, dijo Antonietti.
“En mi opinión, este es un mensaje alentador para las personas que creen que el envejecimiento sólo implicará pérdidas y una disminución de la salud y el bienestar. Además, demostrar que las habilidades creativas no se ven alteradas por patologías neurológicas comúnmente relacionadas con el envejecimiento es un mensaje positivo, ya que lleva a las personas a centrarse no sólo en lo que se pierde, sino también en lo que se conserva, o incluso se mejora”.
El reciente estudio de Antonietti y sus colegas destaca el papel clave de la flexibilidad mental o “pensamiento divergente” en la promoción del bienestar. En el futuro, podría contribuir al desarrollo de nuevas actividades y programas de formación diseñados para fomentar esta capacidad mental en los adultos mayores.
“Ahora estamos tratando de idear ejercicios y consejos que estén contextualizados, es decir, estrechamente relacionados con las actividades reales que realizan los ancianos como parte de su vida cotidiana”, añadió Antonietti. “Esto es importante por dos razones”.
“En primer lugar, porque la motivación para realizar los ejercicios y aplicar las sugerencias es mayor si la persona comprende por qué pueden ser útiles. En segundo lugar, porque la transferencia del entorno de entrenamiento a la vida real es más probable que se produzca si las situaciones abordados en el programa de formación se parecen a los de la vida real”.
Fuente: Medical Xpress.