Dos hermanos leones rompen un récord cruzando un canal para huir de un depredador

Biología

En una extraordinaria demostración de resiliencia, dos hermanos leones, a uno de los cuales le falta parte de una pata, cruzaron a nado una noche récord el peligroso canal Kazinga en el Parque Nacional Reina Isabel de Uganda. Los investigadores han documentado lo que creen que es la distancia nadada más larga jamás registrada por leones. Fue una caminata de casi 1,4 kilómetros a través de aguas infestadas de cocodrilos. Esta asombrosa hazaña es otro capítulo más en la historia de Jacob, un león muy conocido por los guardabosques que ha superado numerosos desafíos que pusieron en peligro su vida durante sus diez años en el parque.

Un viaje atrevido para sobrevivir
Los hermanos Jacob y Tibu se embarcaron en este peligroso viaje probablemente en busca de nuevas parejas después de perder una pelea contra otros leones machos. Según el estudio publicado en la revista Ecology and Evolution, su objetivo era llegar a las hembras del otro lado del canal evitando el contacto humano.

“La competencia por las leonas en el parque es feroz”, explicó el Dr. Alex Braczkowski, autor principal del estudio e investigador del Centro para la Salud Planetaria y la Seguridad Alimentaria de la Universidad Griffith. “Perdieron una pelea por el afecto femenino apenas unas horas antes de nadar, lo que provocó esta arriesgada empresa”.

Jacob perdió parte de la pierna izquierda en una trampa de acero para caza furtiva. Crédito: Alex Braczkowski/Universidad Griffith.

El viaje de Jacob ha sido nada menos que extraordinario. El Dr. Braczkowski, que ha seguido la historia de Jacob durante ocho años, señaló que Jacob ha sobrevivido a múltiples incidentes que pusieron en peligro su vida, incluyendo ser corneado por un búfalo, perder a su familia a manos de viles cazadores furtivos que vendían partes de sus cuerpos y perder parte de su pierna a una trampa para la caza furtiva. A pesar de estas dificultades, Jacob ha demostrado una resiliencia increíble. Es realmente un gato con nueve vidas, y todavía le quedaban algunas vidas de sobra.

A finales de enero, Jacob y Tibu se enfrentaron a dos feroces peleas con otros leones machos en 48 horas. Después de ser expulsados, intentaron cruzar el canal tres veces. En su tercer intento lo lograron y lograron evitar a los cocodrilos que representaban una amenaza importante durante su nado. Toda la hazaña fue grabada por un dron flotante equipado con cámaras detectoras de calor, que reveló una silueta de cocodrilo siguiendo a los dos hermanos felinos durante gran parte de la caminata de 45 minutos.

“La mayor sorpresa fue su voluntad de entrar en aguas con altas densidades de cocodrilos e hipopótamos”, dijo Braczkowski. “Pero encontrar hembras con las que reproducirse claramente supera los riesgos”.

El panorama más amplio

Aunque este increíble nado tuvo un final feliz, esta historia tiene un lado oscuro escondido. Estos leones muestran las medidas extremas que debe tomar la vida silvestre en paisajes cada vez más dominados por los humanos. La población de leones en el Parque Nacional Queen Elizabeth ha ido disminuyendo; datos recientes muestran una caída del 50% en sólo cinco años. La proporción óptima de leones hembras y machos en una población salvaje es dos. Sin embargo, en este parque, parece desfavorablemente sesgado en contra del éxito del león macho.

Esta disminución contrasta marcadamente con las poblaciones de leones más saludables en otras reservas africanas como Maasai Mara o Serengeti. En estas zonas, los programas contra la caza furtiva son mucho más eficaces.

El Dr. Craig Packer, un reconocido investigador de leones que no participó en este estudio, enfatizó la naturaleza social de los leones y la importancia de sus vínculos. “Los leones machos que se mantienen unidos tienden a engendrar más cachorros”, dijo Packer. “La asociación de Jacob y Tibu ha sido sin duda la clave para su supervivencia”.

La historia de Jacob y Tibu subraya la urgente necesidad de estrategias de conservación efectivas que consideren tanto las necesidades de la vida silvestre como las de las poblaciones humanas locales. Se necesitan modelos económicos sólidos para apoyar a las comunidades que viven cerca de reservas de vida silvestre y mitigar los conflictos entre humanos y leones. Al documentar un comportamiento tan notable de la vida silvestre, los investigadores esperan arrojar luz sobre los desafíos que enfrentan los leones y la importancia de preservar sus hábitats en medio de la creciente invasión humana.

Fuente: ZME Science.

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