Marte es famoso por ser el “planeta rojo”, pero eso no significa que no podamos pintarlo de verde. Seco, extremadamente frío y con una atmósfera tenue, es extremadamente improbable que la atmósfera actual de Marte sustente cualquier forma de vida en la superficie. Es prácticamente un infierno, aunque sigue siendo el planeta más atractivo para establecerse más allá de la Tierra. Pero hace cuatro mil millones de años, el vecino rojo y más pequeño de la Tierra puede haber sido mucho más hospitalario.
Marte tenía enormes océanos en la superficie y ríos de agua corriente que excavaban enormes cañones todavía visibles hoy. De hecho, en esa época la Tierra del Hádico estaba cubierta por una espesa atmósfera rica en hidruros y su superficie era más fundida que sólida; por lo que el Marte primitivo probablemente era más propicio para la vida que la Tierra primitiva. Pero algo sucedió mientras tanto y los destinos de los dos planetas divergieron en gran medida: uno se convirtió en un oasis paradisíaco en comparación con la desolación de otros planetas, mientras que el otro se transformó en una estéril roca roja.
Pero si Marte fue habitable en el pasado, esto significa que hay una buena posibilidad de que pueda volver a su antiguo estado templado. Sin embargo, no ocurrirá por sí solo: la trayectoria actual es hacia una desnudez aún mayor a medida que su atmósfera, delgada como el papel, se marchita día a día. Entra en escena la terraformación de Marte, el proceso de crear un entorno similar a la Tierra o habitable.
Un nuevo enfoque para la terraformación de Marte
Los científicos han estado fascinados durante mucho tiempo con la idea de hacer que Marte sea habitable. Ahora, un nuevo estudio propone un método que podría calentar el Planeta Rojo en más de 27°C, suficiente para sustentar la vida microbiana. Investigadores de la Universidad de Chicago, la Universidad Northwestern y la Universidad de Florida Central sugieren inundar la atmósfera de Marte con partículas de polvo diseñadas que atrapan el calor.
El método propuesto es más de 5.000 veces más eficiente que las ideas anteriores, según los investigadores. A diferencia de los esquemas anteriores que dependían de la importación de materiales de la Tierra, este enfoque utilizaría recursos ya disponibles en Marte, lo que lo hace mucho más factible.
“Esto sugiere que la barrera para calentar Marte y permitir la presencia de agua líquida no es tan alta como se pensaba anteriormente”, dijo Edwin Kite, profesor asociado de la Universidad de Chicago y autor correspondiente del estudio.
La ciencia detrás de la idea
La superficie de Marte es increíblemente fría, con una temperatura media de unos -62 °C. Para hacer que el planeta sea más hospitalario, los científicos han explorado varias formas de calentarlo. Las ideas anteriores incluían la liberación de gases de efecto invernadero como los clorofluorocarbonos a la atmósfera o incluso la detonación de bombas nucleares en la superficie para generar calor. Sin embargo, estos métodos eran poco prácticos o requerían cantidades masivas de material que tendrían que ser transportados desde la Tierra.
El nuevo enfoque aprovecha los recursos existentes de Marte. El polvo de Marte es rico en hierro y aluminio, pero estas partículas naturales por sí solas no son efectivas para calentar el planeta. Para resolver esto, los investigadores diseñaron pequeñas partículas en forma de varilla, de tamaño similar a la purpurina, que pueden atrapar el calor de manera mucho más eficiente. Estas partículas dispersarían la luz solar y aumentarían el efecto invernadero natural de Marte, lo que podría calentar el planeta en cuestión de meses, lo suficiente como para permitir la presencia de agua líquida.
“Aún se necesitarían millones de toneladas para calentar el planeta, pero eso es cinco mil veces menos de lo que se necesitaría con las propuestas anteriores para calentar Marte globalmente”, dijo Kite. “Esto aumenta significativamente la viabilidad del proyecto”.
Sin embargo, el plan no está exento de desafíos. Si bien el polvo diseñado podría calentar Marte, no está claro cuánto tiempo permanecerían las partículas en la atmósfera o con qué rapidez se eliminarían. También está la cuestión de cómo se construye una estación de procesamiento que convierta el polvo marciano en partículas que atrapen el calor. Los investigadores también advierten que se necesitan más datos para comprender completamente los ciclos de retroalimentación climática involucrados.
Además, calentar Marte es solo el primer paso para hacerlo habitable. La atmósfera de Marte carece de suficiente oxígeno y la baja presión haría imposible la supervivencia humana. Además, el suelo del planeta puede ser demasiado tóxico para el cultivo de cosechas, y la falta de una capa de ozono lo deja vulnerable a la dañina radiación ultravioleta. Todos estos problemas son órdenes de magnitud más difíciles de resolver que el aumento de la temperatura de la superficie de Marte, pero sin duda este es el primer paso en la terraformación y hay que empezar por alguna parte.
“Esta investigación abre nuevas vías para la exploración y potencialmente nos acerca un paso más al sueño largamente acariciado de establecer una presencia humana sostenible en Marte”, añadió Kite.
Los hallazgos aparecieron en la revista Science.
Fuente: ZME Science.